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¿Será la energía solar la solución para Puerto Rico? Elon Musk se ofrece para ayudar a la isla

Las compañías de energía sonnen y Tesla están luchando para llevar es solares y baterías a la isla e imaginan un futuro sin diésel en el devastado país caribeño.
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6 Oct 2017 – 03:45 PM EDT
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La recuperación de la red energética en Puerto Rico podría durar meses. Crédito: Joe Raedle/Getty Images

Semanas después de que el huracán María azotara Puerto Rico, la inmensa mayoría de la isla está todavía en la oscuridad. Rehabilitar la red eléctrica será una tarea sin plazo definido, pero muchos expertos dicen que el resultado final debería ser algo más que simplemente la revitalización de la infraestructura existente. Recurrir a la energía solar sería un impulso a largo plazo para la sostenibilidad de la isla, pero también puede proporcionar beneficios a corto plazo: los es solares podrían acelerar el regreso de la energía a algunas de las partes más vulnerables del país.

Desde ya, varias compañías, incluyendo Tesla y sonnen, un fabricante alemán de baterías de almacenamiento de energía, se han comprometido a impulsar la infraestructura solar de Puerto Rico. El jueves, Elon Musk tuiteó una oferta para ayudar a Puerto Rico a redefinir todo su panorama energético.

"El equipo de Tesla ha hecho esto para muchas islas más pequeñas alrededor del mundo, pero no hay límite de escalabilidad, así que puede hacerse para Puerto Rico también", escribió. "Esa decisión estaría en manos del gobierno de Puerto Rico, PUC, cualquier parte comercial interesada y, lo que es más importante, el pueblo de Puerto Rico".

El gobernador respondió invitando a transformar a Puerto Rico en el ejemplo de que la tecnología de Tesla puede ser escalable a todo un país.

De forma más inmediata, con Pura Energía, una empresa de instalación de es solares en Puerto Rico, sonnen planea instalar una serie de microrredes totalmente subvencionadas. Pura Energia y sonnen tienen actualmente menos de veinte clientes residenciales en la isla, concentrados principalmente en San Juan y Ponce. Antes de la tormenta, el panorama energético de Puerto Rico dependía fuertemente del diésel y el petróleo. De acuerdo al sitio Earther, en toda la isla tan sólo un 2% de la energía procede de fuentes renovables. Los clientes le pagaban altas sumas a la AEE, la agobiada empresa eléctrica de la isla que se declaró en quiebra en julio.

El nuevo proyecto, denominado Iniciativa de Seguridad Energética de Puerto Rico (PRESI, por sus siglas en inglés), se concentrará en las zonas que se encuentran en peores circunstancias. Según Blake Richetta, jefe de operaciones en Estados Unidos para sonnen, las instalaciones intentarán resolver algunas de las necesidades más urgentes y acuciantes que podrían desencadenar una crisis de salud pública aún más profunda. Richetta dice que los socios siguen trabajando para adaptarse al terreno y evaluar qué ubicaciones son factibles, pero que su foco de atención se centrará en las clínicas y refugios en zonas empobrecidas con serias necesidades médicas.

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El nuevo día a día de los habitantes de Puerto Rico tras el huracán María

El objetivo, según Richetta, es echar a andar la primera microrred a finales de octubre y luego otras cinco en noviembre. Estima que el costo de instalación será de 100,000 dólares por cada una, incluyendo el costo de la mano de obra. Estas instalaciones no podrán suministrar aire acondicionado a un edificio de gran altura, pero podrán capturar, almacenar y descargar suficiente potencia como para alimentar las luces, las unidades de aire acondicionado de ventana y los refrigeradores. Richetta describe el alcance relativamente modesto como una forma tangible y escalable de lograr un impacto inmediato. Richetta, exempleado de Tesla, dice que la industria de las energías renovables está a menudo plagada por el "bingo de las palabras de moda y las mentiras". Y, dice él, "nadie quiere ganar ese juego".

Como parte del esfuerzo de recuperación ante desastres, la infraestructura solar temporal es "absolutamente esencial", escribe Judith Enck, ex a de la EPA para la región 2, a través del correo electrónico. "Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos la necesitan urgentemente".

Por su parte, Andrew Schroeder, director de investigaciones de la organización humanitaria sin fines de lucro Direct Relief, aboga por enfocar las actividades de socorro relacionadas con la energía solar en el interior del país, donde las desigualdades existentes podrían verse agravadas por los prolongados cortes de energía. Schroeder dice que estas áreas suelen recibir muy escasos servicios de atención médica. Y con estos enormes daños a la infraestructura local, puede resultar difícil reunir los suministros en clínicas y hospitales.

Su equipo se encuentra actualmente en el proceso de distribuir 25,000 unidades de insulina, las cuales necesitan refrigeración. Los pacientes que requieren diálisis, las personas con enfermedades respiratorias y muchas otras personas que padecen afecciones crónicas requieren un confiable a las fuentes de energía. Para Schroeder, el objetivo más inmediato es satisfacer esas necesidades. "A medida que pase el tiempo, buscaremos inversiones en las comunidades", dice. "¿Cómo debe ser un centro de salud en el futuro? En Puerto Rico, va a ser prioridad cambiar sus opciones para la generación de energía".

Hace diez años, agrega Schroeder, era relativamente inusual para las clínicas de salud estar equipadas con es solares o utilizar energía de otras fuentes distintas a los combustibles fósiles. Ahora, hay clínicas en Kenia, Tanzania, África Occidental, Filipinas y el Caribe que dependen, al menos parcialmente, de la energía solar para satisfacer sus necesidades de energía. "Es difícil poner plantas eléctricas impulsadas por diésel", dice. Depender de una red descentralizada es una solución y un paso hacia la resiliencia cuando las apuestas son extremadamente altas. Cuando hay vidas humanas en juego, añade, "no puede ser que una tormenta deje todo sin funcionar".

Pero si la isla enfrenta tormentas de magnitud similar en el futuro, ¿cómo les iría a las microrredes? Los es solares son bastante vulnerables a las lluvias torrenciales y a las ráfagas de viento de un huracán. "Dudo que los es solares sean construidos para soportar ráfagas de viento de 200 millas por hora", afirma Robert Stoner, subdirector de la Iniciativa de Energía del MIT, cuyo trabajo se centra en la energía renovable en el mundo en desarrollo. Pero también señala una serie de tácticas que podrían ofrecer cierto grado de seguridad contra las grandes tormentas, como ubicar los grandes conjuntos de es solares en los claros, lejos de los árboles. En cuanto a la parte residencial, los es solares sobre sustratos de plástico flexible podrían enrollarse y guardarse ante los vientos más fuertes y el cableado redundante podría mantener los es operativos, aunque partes de ellos se desconecten.

Cualquiera que sea la solución, dice Stoner, a Puerto Rico "no se le debería permitir reconstruir la red sin incorporar medidas de resiliencia".

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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