Cómo los mensajes de texto pueden ayudar a descongestionar el sistema judicial

Un nuevo estudio muestra que los mensajes de texto (o más bien, una serie de mensajes de texto cuidadosamente diseñados) podrían ayudar a reducir el número de órdenes de arresto emitidas en la ciudad de Nueva York.
En 2014, un 41% de los 320,000 neoyorquinos que recibieron multas por delitos de bajo nivel no acudieron a sus citas en la corte. Este descuido se le denomina ‘incomparecencia’ (FTA, por sus siglas en inglés) y automáticamente resulta en la emisión de una orden de arresto. Actualmente, la ciudad de Nueva York tiene cientos de miles de órdenes abiertas. Y los civiles pueden a veces no se dan cuenta de que perderse una cita en la corte significa que pueden ser detenidos la próxima vez que interactúen con un agente de policía.
Al darse cuenta de que tenía que haber una mejor manera de abordar la tasa de FTA, la alcaldía recurrió a Ideas42, una firma de consultoría y diseño sin fines de lucro, y al Crime Lab, de la Universidad de Chicago. Las dos organizaciones se propusieron rediseñar la citación judicial, estableciendo claramente la acción que se le exige a la persona que lo recibe, los detalles de la comparecencia ante el tribunal y las consecuencias de no presentarse.
Pero, junto con la Oficina de Justicia Criminal de la Alcaldía de la Ciudad de Nueva York (MOCJ, por sus siglas en inglés), tuvieron otra idea: elaborar una serie de mensajes de texto que sirvieran como recordatorios de refuerzo. En lugar de suponer que las personas no comparecían en las cortes porque no les importaban las sanciones, la ciudad decidió analizar otros factores que podrían llevar a la FTA, como que las personas no prestaran suficiente atención al momento de la cita en la corte o se olvidaran de programar tiempo libre para presentarse en la corte.
"La política penal realmente se enfoca en cambiar los incentivos de las personas para involucrarse en el crimen", dijo Aurelie Ouss, investigadora de doctorado de Crime Lab y autora del informe. "Pero las decisiones que tomamos son mucho más automáticas. Reconocer esto nos ha ayudado a desarrollar políticas que abordan las deficiencias que las personas tienen: estamos ocupados, nos olvidamos, enterramos cosas que no nos agrada hacer. Otros áreas de políticas han reconocido esto, pero no la política de justicia penal. Los recordatorios de texto nos parecieron particularmente efectivos si las personas simplemente olvidaban que tenían una próxima cita en la corte. Parece ineficaz que esto provoque una consecuencia tan seria".
Ideas42 y Crime Lab identificaron cuatro barreras principales que contribuyen a la FTA. Primero, las personas acusadas de delitos de bajo nivel (como entrar a un parque cerrado) muchas veces no piensan que sus crímenes necesitaban una cita en la corte. En segundo lugar, comparecer ante una corte conlleva costos financieros o psicológicos, como tener que organizar el cuidado de niños. En tercer lugar, existe la creencia general de que la mayoría de las personas no asiste a las citas en la corte; y finalmente, puede pasar mucho tiempo entre que alguien recibe una citación y la fecha de comparecencia (en la ciudad de Nueva York, la cita en la corte suele ser de 60 a 90 días después de la emisión de la multa).
Los investigadores diseñaron diferentes conjuntos de textos destinados a abordar las cuatro barreras. Desde marzo de 2016 hasta junio de 2017, la Ciudad envió mensajes de texto a aproximadamente 20,000 personas que proporcionaron sus números de teléfono. A algunas personas se les enviaron mensajes de texto antes de sus citas en la corte, y algunos solo recibieron mensajes de texto si no comparecieron. Los destinatarios fueron asignados aleatoriamente para recibir una combinación de mensajes antes de la corte y/o después de la FTA, o ninguno en absoluto.
Los mensajes previos a la cita en la corte se enviaron siete días, tres días y un día antes de una cita programada en la corte. Estos mensajes se enfocaron en las consecuencias de una FTA ("Preséntese para evitar una orden de arresto") o en la planificación ("Marque la fecha en su calendario y ponga una alarma en su teléfono"). Los mensajes posteriores a la FTA se enfocaron en las consecuencias—haciéndoles saber a los destinatarios que se había emitido una orden, pero que no serían arrestados si eran absueltos en la corte— o el poder de las normas sociales ("La mayoría de las personas se presentan para solucionar sus multas, pero los registros muestran que usted no asistió a su cita en la corte").
Las personas que recibieron textos que se enfocaron solo en la planificación tuvieron un 16% menos de probabilidades de no comparecer a sus citas en la corte que aquéllas que no recibieron texto alguno. Quienes recibieron textos sobre las consecuencias tuvieron un 24% menos de probabilidades. Quienes recibieron una combinación de textos que utilizaron ambas tácticas tuvieron un 26% más de probabilidades de comparecer en la corte que quienes no recibieron ningún texto. El estudio encontró que, aunque los mensajes posteriores a la FTA por sí solos son útiles, y conducen a una reducción del 15% en las incomparecencias en un plazo de 30 días, no son tan útiles como los mensajes previos a las citas en la corte.
"Es una situación en la que todos ganan, tanto por a quiénes ayuda como por el costo de implementación", dijo Alissa Fishbane, coautora del informe y directora general de Ideas42. De hecho, enviar tres mensajes de texto a todos los destinatarios de citatorios en 2014 habría costado menos de 7,500 dólares. La Oficina de istración de Tribunales ahora está enviando recordatorios de texto a todos los que proporcionan un número de celular en el citatorio judicial.
Ouss tiene la esperanza de que el sistema mejorará a medida que la política de justicia penal tome más en cuenta la ciencia del comportamiento. "Éste es uno de los primeros intentos para mostrar que las intervenciones conductuales pueden funcionar en la justicia penal", dijo. "Si alguien viola la libertad condicional, tomamos medidas estrictas. Pero tal vez el mismo mecanismo [utilizado en el programa de mensajes de texto] se puede aplicar también [a la libertad condicional]: Ayudar a las personas a cumplir de forma más eficiente las condiciones podría ser otra manera de evitar daños innecesarios a la persona y al sistema en general ".
La mayoría de los adultos estadounidenses —87% en todo el país y 96% en la ciudad de Nueva York— poseen teléfonos celulares. Sin embargo, solo un 11% de los destinatarios de citatorios le proporcionan a la ciudad un número de teléfono celular. "Actualmente, la forma en que las personas proporcionan un número de teléfono es cuando completan sus citatorios", explicó Ouss, "pero el momento en que reciben una multa puede ser estresante". Alentar a las personas a proporcionar números en otros momentos—o mediante un defensor público o un abogado—podría ayudar".
Aunque los mensajes ciertamente han reducido el número de FTA, no abordan algunas de las otras barreras que impiden que las personas comparezcan ante la corte. "Si se piensa sistemáticamente sobre cómo abordamos esta idea, cómo ayudamos a la gente a que comparezca ante la corte, los recordatorios son una muy buena idea", dijo Rachel Foran, directora general de Brooklyn Community Bail Fund. "Pero hay otras intervenciones importantes que podrían implementarse". Identificó razones tangibles por las cuales las personas no comparecen: no pueden costear el cuidado de niños o el transporte a los tribunales, o incluso aunque se les avise con suficiente antelación, no pueden pedir tiempo libre en sus trabajos. Ella sugirió tener una guardería dentro de la corte u ofrecer una MetroCard gratis (la tarjeta del transporte de NYC) como dos posibles soluciones.
Foran también señaló razones más intangibles por las cuales alguien podría faltar a una cita en la corte: el temor a la deportación o la interacción con el sistema de justicia penal en general. "Con los asuntos de inmigración en este momento, es real; las personas son arrestadas en los edificios de los tribunales todo el tiempo", dijo. "Así que las personas que son detenidas por delitos de bajo nivel, que normalmente estarían dispuestas a regresar, no lo hacen".
Según Elizabeth Glazer, directora de MOCJ, la ciudad está trabajando para abordar el primer grupo de obstáculos. "Una de las cosas que hicimos junto con este rediseño es extender las horas en que se puede venir [a la corte]", dijo. "Entonces las personas que trabajan pueden venir por la noche o venir más temprano. Y las personas simplemente pueden pagar en línea si deciden que quieren solucionar sus multas de esa manera: todos los que ahora pasan por el sistema civil pueden pagar sus multas en línea, y todo es remoto. Se están haciendo esfuerzos reales para hacer que el sistema sea efectivo, y para que el proceso no sea el castigo".
Glazer enumeró una serie de proyectos en marcha de la ciudad que entrelazan la reforma de justicia penal con la ciencia del comportamiento, como la mejora de la claridad de la señalización y los procesos dentro de las salas de tribunal. Y para ofensas de bajo nivel, ella quiere ver qué más se puede hacer. Por ejemplo, la intoxicación en la vía pública actualmente representa la mayoría de las ofensas de bajo nivel en la ciudad: 34% de ellas. "Si beber alcohol en público es lo que más te importa, ¿emitir citatorios va a detener ese comportamiento?", preguntó Glazer. "Estaríamos muy interesados en averiguar si hay otras maneras de controlar el comportamiento del que la gente se queja—como beber en público—[sin] emitir citatorios".
En última instancia, Glazer dijo: "Estamos interesados en cómo podemos tener más justicia y menos imposición de la ley".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com