El proyecto urbano predilecto de Putin: un parque en Moscú que simulará los climas de toda Rusia

En sus oficinas en forma de hangar en Manhattan, los arquitectos Liz Diller y Charles Renfro observan una presentación de diapositivas que muestran enormes estructuras con formas fantásticas, incrustadas en un paisaje montañoso. Las representaciones muestran el Parque Zaryadye, de 32 acres, en Moscú, diseñado por Diller Scofidio + Renfro (DS+R), el estudio que dirigen con su socio Ricardo Scofidio. Los célebres arquitectos describen con entusiasmo las distintas tradiciones culturales y las instalaciones cívicas actualmente en construcción, las cuales incluirán una gran sala de vidrio para conciertos de la orquesta filarmónica de la ciudad, un museo al aire libre que contará con representaciones en multimedia de la historia de Moscú y un anfiteatro al aire libre con césped con capacidad para 5,000 personas.
Zaryadye es el primer gran parque construido en Moscú en los últimos 50 años. Con un precio que presuntamente estará entre los 390 y 480 millones de dólares, será uno de los parques urbanos más caros del mundo. Es también el proyecto favorito del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Cuando se menciona su nombre, es como si una fría brisa moscovita soplara sobre la gran mesa de madera. Al preguntársele sobre los rumores de que el sitio se considera una ubicación para que Putin anuncie su campaña presidencial de 2018 el próximo mes de septiembre, cuando, según el programa, el parque debe estar terminado, Renfro dice, "Hemos escuchado eso…. Sí".
La ubicación del futuro parque junto al río Moscova, a unos pasos del Kremlin, será un escenario adecuado para que Putin revele sus últimas ambiciones. De hecho, el parque ha estado envuelto en la propaganda de Putin desde sus inicios. El sitio fue alguna vez el hogar del inmenso Hotel Rossiya, un gigante de la era soviética que una vez ostentó el título del hotel más grande del mundo. Fue demolido en 2006. La prensa le atribuye a Putin el rechazo de una propuesta de un enorme desarrollo comercial en el distrito de Zaryadye, que sería diseñado por el arquitecto británico Norman Foster, y, en su lugar, la decisión de construir un parque durante un recorrido por el sitio en 2012 con el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
El diseño del Parque Zaryadye rinde homenaje a la Madre Rusia con una estética que podría llamarse 'econacionalismo'. La flora nativa de todas partes de Rusia se incorporará en cuatro microclimas artificiales que representan los principales arquetipos del paisaje del país: la estepa, la tundra, los humedales y los bosques. Se puede imaginar el nuevo parque como un buen telón de fondo para sesiones de fotografías del autócrata, a quien le gusta presentarse como un robusto amante de la naturaleza y quien, como es bien sabido, ha sido fotografiado sin camisa y cazando con un fusil en Siberia.
Renfro dice que Zaryadye será un eslabón perdido en una red orientada al peatón de espacios abiertos y zonas verdes formalmente ajardinadas en el centro de Moscú. Con su enfoque futurista hacia la representación del mundo natural, el diseño de DS+R es un pronunciado alejamiento de la Plaza Roja o de los Jardines de Alejandro del siglo XIX, repletos de estatuas de héroes rusos. Muy parecido al famoso High Line de la ciudad de Nueva York, que DS+R codiseñó con James Corner Field Operations, este nuevo parque busca algo novedoso y extraordinario.
Zaryadye Park from Diller Scofidio + Renfro on Vimeo.
"Una de nuestras grandes ideas fue hacer, tanto pasiva como activamente, climas aumentados", dice Renfro. Apunta a una diapositiva que muestra el techo de la sala de conciertos, que aprovecha el sol y sirve como una enorme barrera contra el viento. Otra diapositiva muestra una cueva de hielo en el borde de la sección de la tundra del parque. Para simular las variaciones climatológicas de una nación geográficamente enorme, el parque planea desplegar una serie de trucos para modificar el clima, incluyendo colinas y valles colocados estratégicamente y enormes marquesinas fotovoltaicas que cubren algunos de los espacios abiertos. "Estamos utilizando el sol como fuente de energía y, por lo tanto, extendiendo las estaciones cálidas".
El principio fundamental de diseño para el parque es 'urbanismo salvaje', dice Renfro. "Ésa es la noción de que puedes perderte en el parque y la ciudad desaparece, y también hay momentos en los que puedes salir de lo verde y contemplar la ciudad a tu alrededor".
Diller apunta a otra representación que muestra el césped que se extiende sobre los techos inclinados y hacia las extensiones de adoquines, como si la naturaleza se encontrara en el proceso de consumir la ciudad. A diferencia de otros parques en Moscú, donde las personas y la naturaleza están restringidos por banquetas y fronteras definidas, el Parque Zaryadye no es "tan hiperdefinido que la gente simplemente tenga que caminar por los senderos y las plantas sólo crezcan en los canteros", Diller dice.
Pero con Putin como su padrino y la cercanía del Kremlin, ¿cuán público y gratuito puede ser realmente ese espacio? Diller y Renfro reconocen que el Parque Zaryadye fue un trabajo desafiante para su empresa, la cual tiene una reputación de obras provocativas que pretenden deconstruir jerarquías y este diseño cuestionará el status quo de Moscú. "Queremos empoderar a las personas para que disfruten de su ciudad", dice Diller.
"Es un sitio completamente permeable", añade Renfro, quien estuvo en Moscú inspeccionando la construcción del parque a principios de abril. "[Las autoridades] no podrían bloquearlo, aunque quisieran. Nosotros propusimos eso".
En 2012, cuando DS+R entró en el concurso internacional para diseñar el parque, llegaron incluso a desafiar una directriz que restringía el tamaño de las áreas de reunión pública—una estipulación de no se puede evitar pensar que fue inspirada por el deseo de las autoridades de reducir el espacio para las revueltas como las ocurridas en lugares como la Plaza Tahir en El Cairo y la Plaza de la Independencia de Kiev. "Aún así, fuimos seleccionados", dice Diller. "Para nosotros ésa fue una muy buena señal de que la politización del espacio no iba a ser un problema".
Sin embargo, hay un contexto político más amplio para el parque . Algunos observadores consideran el Parque Zaryadye la joya extravagante de una campaña de embellecimiento urbano en Moscú que tiene el propósito de enmascarar el deterioro de las condiciones económicas y aplacar la intranquila clase media moscovita que se manifestó en 2011 y 2012 contra la consolidación en el poder de Putin. Es el último de una serie de proyectos llamativos que incluyen la modernización del enorme centro de exposiciones VDNKh de la ciudad y el reacondicionamiento y comercialización del Parque Gorki, de la era soviética, con cafés, conexión Wi-Fi gratuita y un enorme museo de arte moderno dirigido por Dusha Zhukova, esposa del oligarca multimillonario Román Abramóvich.
"El Parque [Zaryadye] fue, sin duda, un gesto de Putin para tener un llamativo 'pastel' para darles a las masas", escribió Mark Kramer, director de Estudios de la Guerra Fría de la Universidad de Harvard, en un mensaje de correo electrónico. "Se puso en marcha justo cuando se preparaba para regresar a la presidencia, en un momento en que las protestas habían tomado brevemente desprevenido al régimen. Putin quería una concesión para darles a sus secuaces".

(DS+R)
Michal Murawski es un antropólogo radicado en Londres que está realizando investigaciones postdoctorales en el distrito de Zaryadye. Dice que el nuevo énfasis urbanista de Moscú en ampliar las aceras, plantar árboles y renovar los parques es en muchos sentidos una refutación del legado del ex alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, quien estuvo implicado en grandes escándalos de desarrollos privados y, en última instancia, fue destituido por decreto presidencial en 2010. "La era de Luzhkov fue de ostentación, grandilocuencia y oro y una especie de hiperdecoración y, también, de corrupción", dice Murawski. "Se supone que un parque debe ser mucho más transparente y democrático".
Aunque aún parece haber mucha corrupción asociada con los acuerdos inmobiliarios en Moscú, el enfoque actual, más ecológico, de la ciudad hacia la planificación urbana es motivo de esperanza. "Un parque es un desperdicio de dinero para gente como Luzhkov", dice Vadim Rossman, profesor de la Escuela Superior de Economía de San Petersburgo. Ponen tantos edificios como sea posible… De hecho, si ven algún área de juegos infantiles, se la venden a alguien más para que la desarrolle. Por lo tanto, es muy bueno que, al menos, este pequeño terreno [Zaryadye] vaya a ser un parque".
A pesar de cualquier agenda autocrática que pueda estar acechando al Parque Zaryadye, Diller considera que el parque mejorará la vida de los moscovitas comunes y corrientes. "No somos tan ingenuos como para pensar que estamos totalmente en un perfecto entorno democrático", dice, "pero creemos que esto va a contribuir a un cambio positivo. En su propia forma limitada, creemos que puede ser y será algo positivo".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.