El Tesla Model 3 puede resultar no siendo tan barato como crees

El 31 de marzo de 2016 miles de personas acamparon a las puertas de los locales de Tesla en todo el país, para contarse entre los primeros en reservar un Model 3, el primer compacto del fabricante. En ese momento gran parte de la ansiedad recaía en asegurar que llegado el momento, los primeros de la fila podrían aprovechar el incentivo fiscal de 7,500 dólares establecido en la ley para la compra de autos eléctricos.
Este subsidio federal se reduce a la mitad durante los dos trimestre siguientes al día en que las ventas del modelo beneficiado alcanzan las 200,000 unidades, y se extingue totalmente después de haberse reducido a un tercio en el tercer trimestre.
Hasta ahora ningún fabricante ha vendido 200,000 unidades de ninguno de sus modelos eléctricos, pero en marzo de 2016 muchos pensaban, entre ellos las mayoría de quienes acamparon para figurar en los primeros lugares de la lista de espera del Model 3, que Tesla podría alcanzar ese hito en algún momento en 2018.
Hace ya rato que los problemas en la producción del Model 3 hicieron imposible que Tesla logre fabricar, menos aún vender, 200,000 unidades del Model 3 en algún momento en 2018. Sin embargo, los de la lista de espera enfrentan hoy otro peligro, esta vez en las páginas de proyecto de ley de reforma fiscal actualmente en discusión en el congreso de Estados Unidos.
Presentado por la bancada republicana el proyecto de ley elimina el incentivo, por lo que en caso de hacerse ley el precio del Model 3 subiría automáticamente en 7,500 dolares. Esto haría que el más básico de los Model 3 con autonomía restringida, que con el incentivo requeriría del desembolso de 27,000, pase a costar 35,000 dólares, 1,200 dólares más que un Honda Accord Touring V6 con todas las opciones. Este incentivo varía entre 2,500 y 7,500 dólares en relación al tamaño de las baterías del vehículo.
Tesla no sería el único afectado. Autos como el Nissan LEAF y el Chevrolet Bolt también requieren del incentivo fiscal para alcanzar sus metas de ventas. Esto también es cierto para fabricantes como Volkswagen, General Motors y Ford, que han anunciado ambiciosos planes para el desarrollo y construcción de modelos eléctricos en el corto plazo. También, como reporta Automotive News, la perdida del crédito fiscal podría complicar los esfuerzos de muchos fabricantes para cumplir con las regulaciones vigentes en nueve estados liderados por California, que establecen un numero de automóviles ‘cero emisiones’ que los fabricantes deben vender anualmente en esos estados.
La industria automotriz no planea enfrentar esta amenaza de brazos cruzados. Genevieve Cullen, presidenta de la Asociación de Transporte Eléctrico declaro a Automotive News que la eliminación del crédito fiscal es “económicamente absurdo” y que el organismo que representa planea “trabajar con los del senado para asegurar que no sigan el mismo camino” (el proyecto de ley actualmente en discusión fue introducido en la cámara de representantes). Cullen aseguró que la asociación que preside y que representa a fabricantes, suplidores, compañías energéticas y de tecnología, dejará claro a los suplidores que la eliminación del incentivo podría hacer que “ Estados Unidos pierda su liderazgo en materia de electrificación vehicular, justo cuando China ha anunciado unas agresivas metas de venta de autos eléctricos y Europa está alentando la electrificación de su parque automotor”.
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