Tres pueblos de Yucatán vaciados por la migración
Por Carmen Graciela Díaz @carmen7graciela
En el estado de Yucatán, tres comunidades indígenas se van vaciando por la migración. Tunkás, Hoctún y Cenotillo -ubicadas a unas dos horas de Mérida, la capital del estado-, han perdido en los últimos 15 años sobre 35 por ciento de su población que se ha asentado mayormente en el sur de California.
En noviembre de 2014, un equipo de 11 fotógrafos aficionados de seis nacionalidades viajó a México para transformar en imágenes esos relatos de la inmigración. El resultado de ese viaje -coordinado por Ubelong, una organización social con base en Washington, DC - es la muestra “México: La inmigración a través de la fotografía” que se presenta desde este lunes hasta el 24 de octubre en el Instituto Cervantes de Nueva York. La expedición y la muestra fueron dirigidas por el cofundador de Ubelong, Raúl Román, y por el fotoperiodista de The New York Times, Lonnie Schlein.
Treinta y cinco imágenes dan cuenta de cómo la inmigración ha afectado la cotidianidad de estos pueblos de Yucatán, donde el desplazamiento a Estados Unidos ha aumentado con rapidez en la última década.
Según Román, el proyecto fotográfico pretendió acercar el tema de la inmigración al espectador neoyorquino a través un relato íntimo, personal.
“La importancia de esta exposición es que le pone enfrente a los espectadores a las personas que cruzan la frontera: el que se fue, el que se volvió y a familiares que esperan durante décadas a que sus seres queridos vuelvan a casa. El tema es universal porque, aunque uno no sea migrante, puede conectar con la soledad, la pérdida, el afán de superación, el fracasar y levantarse de nuevo”, explica Román.
Cada foto trae una historia como la de Sonia, cuyo marido se fue a Estados Unidos hace 17 años y aún no ha regresado. “La gente cambia cuando cruza la frontera, pero a menudo para peor”, reflexiona la mujer de 41 años que aparece en la imagen sujetando a su nieta de cuatro meses.
La muestra, como reflexiona Román, es un conglomerado de miradas de los fotógrafos y los personajes que ahora esperan por la mirada del público. Román aspira también a que esa mirada salte de las fotos hacia una mayor empatía por los inmigrantes y sus circunstancias.
“Me da nostalgia pensar en las familias fotografiadas que se hubiesen sentido tan felices de llegar tan lejos con su historia”, expresa Román. En su opinión, Estados Unidos “necesita soluciones más creativas y humanistas” para encarar el debate migratorio.