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Armas nucleares

Corea del Norte quiere negociar con EEUU, pero en Washington no hay expertos para eso

La dos principales figuras negociadoras en el Departamento de Estado renunciaron o no fueron ratificadas. Desde que la Casa Blanca fijó una posición más dura frente al régimen de Pyongyang, las posibilidades de un diálogo abierto se han reducido.
8 Mar 2018 – 01:38 PM EST
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El gobierno de Kim Jong Un dijo esta semana a emisarios de Corea del Sur que está dispuesto a iniciar conversaciones no solo con su vecino del sur, sino también con Estados Unidos, para desmantelar su programa nuclear, siempre y cuando se garantice su permanencia en el poder, así como su seguridad.

Este jueves, el ofrecimiento de Kim se hizo oficial luego de que emisarios surcoreanos desde los jardines de la Casa Blanca de Washington DC anunciaran que el líder norcoreano invitaba al presidente Donald Trump a una reunión, que este aceptó.

La oferta ocurre en momentos de distensión que comenzaron con el inicio de las Olimpiadas de Invierno en la ciudad surcoreana de PyeongChang el 9 de febrero con el desfile conjunto de las delegaciones de las dos Coreas.

Además, el ofrecimiento de Kim esta semana viene acompañado de un congelamiento de pruebas de misiles balísticos o de ensayos nucleares mientras haya diálogo.

Las dos Coreas acordaron también llevar a cabo a finales de abril una cumbre en su frontera y abrir una línea de comunicación directa entre sus dos mandatarios.


Todo indica que la presión internacional, pero especialmente de EEUU, al establecer nuevas sanciones financieras y comerciales contra el régimen norcoreano, dieron resultados.

Pero en Washington no esperaban que el régimen de Kim Jong Un respondiera tan rápidamente a la amenaza de Trump de "fuego y furia".

Tras meses de movilizaciones militares en la región, especialmente el despliegue de tres portaaviones, la multiplicación de ejercicios militares conjuntos entre EEUU y Corea del Sur y la profundización del aislamiento internacional, todo parece estar llevando al escenario de la negociación, algo que no se veía desde el gobierno de Bill Clinton con el diálogo multilateral donde además de las dos Coreas participaron EEUU, China, Rusia y Japón.

Sin embargo, el esfuerzo de EEUU para hacer presión a Corea del Norte no incluyó la planificación adecuada para un escenario de negociaciones, según indicaron al diario The Guardian exfuncionarios del gobierno en Washington.

El tema más complicado es que el principal experto en negociaciones con Corea del Norte, Joseph Yun, renunció al cargo en el Departamento de Estado, y el nominado para asumir como embajador de EEUU en Seúl, Victor Cha, fue retirado por la Casa Blanca, con lo que la máxima representación diplomática en la capital de Corea del Sur sigue vacante.

Estas dos figuras promovieron durante meses el diálogo con Corea del Norte cuando la Casa Blanca estaba concentrada en castigar al régimen de Kim con más sanciones, especialmente en momentos en que el gobierno de Donald Trump señalaba que "todas las opciones" estaban sobre la mesa, incluida un "ataque preventivo" contra instalaciones nucleares norcoreanas.

El retiro de la nominación de Cha se produjo justamente después de que éste mostró su oposición pública a la retórica bélica del presidente Trump.

Pero ahora que las condiciones que pedía el presidente Trump para el diálogo ya se cumplieron -suspensión de pruebas y promesa de desarme nuclear- parece no haber negociadores expertos en cómo lidiar con Corea del Norte.

"Veremos. Parece que están actuando de manera positiva", dijo Trump el martes. "Con esperanza irá por la vía correcta. La vía correcta es aquella que todo el mundo conoce y todos quieren. Pero estamos preparados para cualquiera", agregó el presidente.

Luego en un tuit indicó: "Hemos visto posibles progresos en el diálogo con Corea del Norte. Por primera vez en muchos años hay un esfuerzo serio en todas las partes involucradas. ¡El mundo está viendo y esperando! Podría ser una falsa esperanza, pero EEUU está listo para ir con todo en cualquier dirección".

Este jueves la oferta de Kim de hablar de su programa nuclear con Trump fue transmitida por los altos funcionarios surcoreanos Chung Eui Yong, jefe de Seguridad Nacional y Suh Hoon, jefe del Servicio de Inteligencia Nacional. Sin embargo, quien los recibió fue el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, general H.R. McMaster, un militar sin ninguna experiencia en diplomacia.

Justamente McMaster ha sido el ideólogo de Trump sobre la posibilidad de atacar a Corea del Norte. El general asegura que una Corea del Norte con armas nucleares no puede ser contenida y ha analizado la posibilidad de llevar a cabo el ataque preventivo.

A esto se une la posibilidad de que McMaster se vaya de la Casa Blanca para un puesto de cuatro estrellas en las fuerzas armadas. Su posible sustituto es incluso más probélico, John Bolton, un diplomático conservador considerado como un "halcón" cuando se trata de política exterior.

Si a esto le unimos el hecho de que aún hay posiciones dentro del Departamento de Estado vinculadas con Asia y el Pacífico que aún no han sido designadas desde que Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, además de la desbandada de cargos que han renunciado para perseguir otras carreras en el sector privado, es muy poco alentador el escenario de discusiones de alto nivel con el régimen norcoreano.

Y en Corea del Sur, cuyo gobierno es crucial en cualquier proceso de diálogo, no hay embajador estadounidense, ni siquiera uno designado que esté por ser aprobado por el Senado.

Pero además, no es muy prometedora la perspectiva de una buena relación entre Washington y el gobierno de Seúl con el anuncio de la imposición de aranceles al acero y al aluminio. Justamente, Corea del Sur es el tercer gran abastecedor del mercado estadounidense.

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