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Améxica

El cine fronterizo: de melodrama a fotografía de una compleja realidad

El cine fronterizo que comenzó a producirse en los años 30 solo utilizaba la frontera como un escenario para el desarrollo de historias, pero con el paso del tiempo este cine ha tomado una voz social y muchas veces crítica ante los prejuicios, la intolerancia y la inmigración ilegal.
4 Oct 2016 – 02:53 PM EDT
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El cine que cruza fronteras. Crédito: iStock / Imágenes de cortesía

El cine de género ocupa ámbitos tan amplios (llenos de subcategorías) como el terror, el western o la comedia romántica. Pero hay otro tipo de géneros, más pequeños, más centrados en su lugar de origen y su propia esencia, que han evolucionado con los tiempos y se han convertido en sólidos representantes de cierto tipo de historias. Eso pasa con el llamado 'cine fronterizo'. El género, que comenzó a producirse en los años 30, sólo utilizaba la frontera como un escenario para el desarrollo de historias. Con el paso del tiempo este cine ha tomado una voz social y muchas veces crítica ante los prejuicios, la intolerancia y la inmigración ilegal.

La actualidad tiene poco que ver con los tiempos en que se estrenaron las dos primeras películas que pueden considerarse fronterizas (uno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos ha dicho en repetidas ocasiones que planea construir un muro en la frontera con México, por ejemplo). La china Hilaria (1938), y Adiós mi chaparrita (1939) fueron dos historias narradas desde la frontera (aunque en realidad no se rodaran ni en exteriores, ni cerca de las ciudades fronterizas) y trataban las historias de mujeres desdichadas que se quedan en sus casas a la espera de que vuelvan sus amados de su migración a Estados Unidos. En las primeras décadas, el cine fronterizo se utilizó como fábula moralista y nacionalista. No es de extrañar entonces que sus representantes más repetitivos fuesen los braceros (un programa de intercambio de mano de obra con Estados Unidos puesto a funcionar a principios de los años cuarenta) o las mujeres de 'la mala vida' ( Cruel destino , 1943, por ejemplo). Ya luego, en los 50 y 60, llegarían otros personajes recurrentes: narcotraficantes, gángsters, policías... Pero el cambio real se produjo cuando se intercambiaron los sets de rodaje (para ese momento muy caros) por escenarios reales, en muchos casos cruzando la frontera: en Estados Unidos. Esto permitía estrenar las películas en ambos países y abaratar los costos.

Ya en los 70 y 80 la temática narrativa se modificó. La inmigración ilegal, así como la delincuencia, siguieron teniendo peso, pero el enfoque cambió. Al final tanto los cineastas como el Estado se dieron cuenta de que el género conectaba intensamente con al audiencia, que conocía o vivía en carne propia la migración a Estados Unidos y sus consecuencias.

Ya en las últimas décadas el fenómeno ha tenido representantes más típicos, el melodrama de siempre y novedosas aproximaciones a las historias de ese 'espacio de nadie' que es una frontera. Actualmente dos películas que podrían circunscribirse al cine fronterizo están en las noticias gracias a los premios que se han llevado. Las elegidas (2015), de David Pablos, cuenta la historia de un grupo de mujeres sometidas a la trata de blancas en México y ya tiene en su haber cinco Premios Ariel. La historia se basa en un original del escritor Jorge Volpi y es la selección mexicana para los Premios Goya, en España, en 2017. Desierto (2015), de Jonás Cuarón, será la película mexicana que compita por una nominación al Óscar a Mejor Película Extranjera para 2017. La historia se centra en el desierto y los peligros que tiene para los inmigrantes mexicanos. Tiene en su reparto a Gael García Bernal y a Jeffrey Dean Morgan. El director, hijo de Alfonso Cuarón, con quien co-escribió el guion de Gravity, tiene una opinión muy abierta sobre el tema de la frontera y la migración.

Otros ejemplos un poco más antiguos incluyen Los tres entierros de Melquiades Estrada (2005), con guión de Guillermo Arriaga que, aunque narrado desde la perspectiva de un personaje americano, aborda la crueldad y el prejuicio que marcan muchas de las vidas en la frontera. También está 7 soles (2008), de Pedro Ultreras. El periodista y cineasta relata la historia de varios inmigrantes y su periplo para llegar hasta Estados Unidos. En 2011, se estrenó A Better Life , de Chris Weitz, sobre un jardinero inmigrante en Los Ángeles que intenta mantener a su hijo lejos de la violencia y las drogas. Demián Bichir, su protagonista, fue nominado a un Óscar como Mejor Actor por esa película.

El cine fronterizo es un género tan inmortal y cambiante como el tema que trata. Comenzó repleto de estereotipos y melodramas y se ha convertido en una de las narrativas más complejas sobre un fenómeno lleno de matices.

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