Trump intenta cortar el cordón umbilical de Maduro con Moscú

MIAMI, Florida .- Durante meses, los analistas se habían estado preguntando, ¿cuándo tomará medidas el presidente Donald Trump contra los intereses petroleros rusos en Venezuela?
¿Se atreverá a correr el riesgo de ofender a Vladimir Putin, acusado por los demócratas de interferir en las elecciones de 2016, para debilitar la democracia estadounidense (y de insistir en este 2020) y ayudar a la elección de Trump?
Así que, hubo un gran revuelo cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el martes que les impediría a las empresas estadounidenses hacer negocios con una subsidiaria en Ginebra de la enorme empresa petrolera estatal rusa, Rosneft, acusada de ayudar al régimen de Maduro a evadir las sanciones estadounidenses.
"Envía un mensaje muy claro de que estamos entrando en una nueva etapa de sanciones secundarias", dijo Fernando Cutz, ex director del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para América del Sur. "De repente, la situación ha cambiado completamente", añadió.
Sin embargo, los analistas advierten que es poco probable que las medidas detengan el flujo de petróleo de Venezuela debido a la multitud de formas, a menudo turbias, de comercializar, transportar y, a veces, contrabandear el petróleo en el mercado mundial.
No obstante, le provocarán grandes problemas a Rosneft, porque tendrá que intentar evitar las sanciones, además de que reducirán el valor de las exportaciones petroleras venezolanas, pues Maduro intentará atraer a los aliados con precios drásticamente rebajados por su crudo pesado, que es denso y tiene un alto contenido de azufre, lo cual lo hace más difícil de refinar.
"Esto le provocará dolores de cabeza a Rosneft, pero no es suficiente para cambiar las cosas. No va a cortar el cordón", dijo Maximilian Hess, analista de AKE International, una consultoría de seguridad y riesgo político en Londres.
Rosneft es demasiado grande
Hess y otros analistas señalan que Rosneft es un objetivo demasiado grande para las sanciones estadounidenses y que es poco probable que el gobierno de Trump se arriesgue a iniciar una confrontación con la enorme compañía energética rusa, que es el segundo mayor productor de petróleo del mundo, sólo detrás de Aramco, la compañía petrolera de Arabia Saudita.
Las sanciones del martes se limitaron específicamente a Rosneft Trading, con sede en Ginebra, una de las más de media docena de subsidiarias comerciales de Rosneft, cuya sede se encuentra en Moscú, repartidas por todo el mundo que compran y venden petróleo.
Las sanciones no afectaron al resto de las operaciones internacionales de Rosneft en 25 países, incluyendo Venezuela, Iraq, India y Canadá, ni a las empresas conjuntas con Exxon, la compañía petrolera estadounidense y Shell, la compañía británico-holandesa.
"Si se elimina a Rosneft, se crearía una enorme alteración en los mercados petroleros. Se envenenaría el pozo con una gran cantidad de empresas en diferentes países. No se podría hacer a menos que se tomaran dos años para preparar a la gente y se les permitirle desinvertir", dijo Hess. "Creo que a Trump le preocupa ir demasiado lejos", agregó.
Aunque Rusia posee el 50% de Rosneft, el resto es propiedad de la compañía petrolera británica, BP (20%) y de un fondo del gobierno de Qatar (19%).
Las sanciones contra Rosneft Trading se produjeron apenas días después de que las agencias de inteligencia estadounidenses les informaran a los del Congreso que Rusia está intentando ayudar a Trump a reelegirse en noviembre.
Trump refutó sus propias agencias de inteligencia, y calificó los informes de "otra campaña de desinformación" y un "engaño" por parte de sus opositores del partido demócrata.
Las mayores reservas
Los ingresos provenientes del petróleo y el gas son cuestión de vida o muerte para Maduro y Putin. Las exportaciones de petróleo y gas representan alrededor del 40% de los ingresos del presupuesto federal de Rusia, o aproximadamente 44,400 millones de dólares, según el Ministerio de Finanzas. Del mismo modo, los ingresos petroleros de Venezuela representan alrededor del 99% de los ingresos por exportaciones, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Venezuela también cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo y gas del mundo, aunque su producción e ingresos han caído precipitadamente en los últimos meses. Aunque es difícil hacer un cálculo actualizado, se estima que los ingresos han caído de unos 22,000 millones de dólares en 2016 a tan sólo 9,000 millones en 2020, dice Francisco Monaldi, un experto venezolano en petróleo de la Universidad Rice en Houston.
Las autoridades estadounidenses hicieron hincapié en la seriedad de sus intenciones sobre el anuncio de las sanciones del martes, aunque reconocieron que no necesariamente pondrían a Venezuela de rodillas inmediatamente.
Paso por paso
"Lo que sucedió [el martes] fue un paso", dijo a los periodistas Elliott Abrams, Representante Especial de Estados Unidos para Venezuela. "Habrá otros pasos. Habrá otros objetivos. Habrá más sanciones. La presión no cesará hasta que Venezuela pueda nuevamente recuperar su democracia", añadió.
Cuando Univision le preguntó si creía que los intereses petroleros de Rosneft en Venezuela se verían afectados por las sanciones, Abrams dijo que a los participantes en la industria petrolera les preocupaban los problemas legales creados por las sanciones. "Creo que Rosneft Trading es en realidad bastante vulnerable, y creo que varias de las compañías con las que comercia y a las que les vende petróleo, por ejemplo, ya no desearán lidiar con ellos", dijo.
Añadió que la istración Trump planeaba hablar con los principales consumidores de petróleo venezolano en Asia para reducir sus compras. "Instaremos a los consumidores de petróleo venezolano a buscar en otros lugares, y creo que cualquier compañía prudente comenzaría a alejarse del petróleo venezolano mientras piensa en los suministros de petróleo para el resto de este 2020", añadió.
Eso incluye a la compañía energética española Repsol, una importante refinería e importadora de crudo venezolano.
Descuentos
Las sanciones debieron haberse aplicado hace mucho tiempo, dicen algunos expertos. Hasta ahora, Rusia ha estado haciendo su agosto gracias a los fuertes descuentos que ofrece Venezuela para evitar que los comerciantes y transportistas rechacen el negocio cada vez más peligroso o para que transporten sus perjudicados productos derivados del petróleo por el mundo.
Los expertos de la industria dicen que Venezuela se ha visto obligada a vender su propio crudo a 30 dólares por barril, o menos, muy por debajo del precio del mercado internacional que oscila entre 53 y 58 dólares.
Pero resulta más irónico aún que Rusia también aumentó sus propios envíos de crudo pesado 'residual' a las refinerías estadounidenses en Texas y Luisiana después de que la istración Trump prohibiera las importaciones de crudo venezolano el año pasado.
" Rusia se ha convertido en el principal sostén de la peor dictadura que ha tenido la región en su historia reciente", dijo Carlos Vecchio, embajador de Estados Unidos para el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, en una entrevista con el periódico español ABC esta semana.
" Hoy Rusia se aprovecha del caos nuestro para hacer dinero y para jugar a la geopolítica, para confrontar a su principal enemigo, Estados Unidos ... Rusia se beneficia porque se ha convertido en el intermediario para colocar nuestro crudo internacionalmente. Se lo compra con descuento, cobra una comisión y lo coloca donde quiere y de la mejor manera a su beneficio, ganando dinero sin invertir nada", añadió.
El juego de la bolita
Detener los envíos de petróleo es más fácil decirlo que hacerlo. La oficina de Rosneft Trading en Ginebra fue claramente diseñada para evitar que la oficina central de la compañía se conviertiera en un objetivo, dicen algunos expertos. "Los rusos sabían que corrían riesgos, por lo que en lugar de exponer sus joyas de la corona crearon una empresa fantasma", dijo Cutz. "¿Qué les impide crear otra empresa fantasma?", añadió.
Para evitar sanciones, Rosneft también utiliza barcos petroleros que después de cargar en Venezuela intentan ocultar su cargamento, ya sea apagando sus sistemas de rastreo o transfiriendo petróleo en el mar de un barco a otro en la costa occidental de África, antes de descargar en la India, donde Rosneft tiene una gran refinería, o en Singapur, antes de dirigirse a China.
" El talón de Aquiles son las compañías navieras. Si realmente se quiere cerrar el nudo, hay que enfocarse en los barcos petroleros", dijo Jorge Piñón, un experto en la industria petrolera de la Universidad de Texas en Austin.
Señaló dos ejemplos recientes de barcos petroleros que cambiaron sus banderas el año pasado para evitar las sanciones contra Venezuela. Un barco, el Nedas, ondeó la bandera griega hasta mayo del año pasado antes de cambiar su nombre a Esperanza y adoptar la bandera cubana.
"Quizás no veas el nombre de Rosneft en un cargamento. Pueden sacar los nombres de cualquier lado", dijo, describiéndolo como un juego de la bolita. " A pesar de que China muestra cero importaciones de Venezuela, está comprando petróleo de Singapur. Puedes ver el incremento ahí. Todo el mundo sabe que es crudo venezolano".
Deudas
Parte del problema de las sanciones es que Venezuela tiene grandes deudas con Rusia y China, las cuales paga con petróleo. Estos pagos de deuda están exentos del embargo, pues son acuerdos financieros preexistentes. China no da a conocer sus datos financieros, pero se cree que la deuda aún es del orden de los miles de millones de dólares, lo que significa que podría continuar recibiendo petróleo venezolano en los próximos años — aunque Venezuela no recibe efectivo a cambio.
La deuda con Rusia está a punto de saldarse, lo cual plantea la pregunta de qué hará Rusia cuando ya no tenga deudas ni pagos de intereses tras los cuales esconderse.
Tanques y bancos
Además de la deuda, Rosneft posee grandes participaciones en media docena de proyectos de producción de petróleo en Venezuela, como PetroMonagas y PetroMiranda, así como el 49% de la refinería estadounidense, Citgo, señala Russ Dallen, director gerente de Caracas Capital, un banco de inversión boutique con sede en Venezuela.
También se ha convertido en el mayor cliente de armas rusas en América Latina, pues ha comprado rifles Kalishnikov, aviones de combate Sukhoi, tanques T72, helicópteros y un sistema de defensa antimisiles S-300.
Rusia y Venezuela tienen un banco conjunto, Evrofinance Mosnarbank. "Si combinamos un traficante de armas con un turbio banco venezolano que se utiliza para sobornos ... ¿qué podría salir mal?", bromea Dallen.
En otra señal de desafío, el ministro de asuntos exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, visitó Venezuela hace dos semanas y criticó las sanciones estadounidenses. "Hemos acordado profundizar nuestra cooperación económica, comercial y de inversión en varias áreas a pesar de las sanciones ilegítimas", dijo Lavrov, luego de una reunión con Maduro.
Anteriormente, las autoridades estadounidenses le han restado importancia al juego de Putin con Washington en su patio trasero y lo han calificado de ardid astuto para magnificar su importancia geopolítica. Pero es probablemente el director general de Rosneft, Igor Sechin, quien tiene la mayor influencia en Venezuela. "Sechin ha estado manejando la política por sí solo. Es uno de los hombres más poderosos en el Kremlin. Si abandonara Venezuela, se debilitaría mucho la posición de Maduro", dijo Hess.
Mientras Lavrov realizaba apenas su primer viaje a Caracas este mes, Sechin, quien habla español con fluidez, es un visitante asiduo. Los juegos geopolíticos de Rusia en la región tampoco han salido tan bien, pues han caído los regímenes de izquierda en Bolivia y Ecuador y el antiguo aliado de Moscú en Nicaragua, Daniel Ortega, está envuelto en una crisis.
"El ángulo geopolítico fue la cereza en el pastel, pero el mercado del petróleo en sí mismo es el pastel", dijo Hess. "Tener una gran influencia en un mercado petrolero tan lejos de su país es mucho más importante que jugar juegos políticos".
No está claro qué se necesitará para alejar a Moscú de Maduro y de los ricos yacimientos de petróleo y gas de Venezuela. "La cosa es que podemos seguir sofocando la economía venezolana cada vez más, pero lo que no sabemos es si esto dará algún resultado," dijo Cutz. "¿Acaso la idea es que la gente saldrá a las calles a protestar, o simplemente huirán a Colombia? Sencillamente no lo sabemos" agregó.