Buscan a una veintena de pandilleros que se escaparon de una prisión en Honduras

TEGUCIGALPA, Honduras.- Las fuerzas de seguridad de Honduras buscan a una veintena de de la Pandilla 18 que se escaparon la semana pasada de la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en Támara, municipio de Francisco Morazán, en la zona central del país.
Pese a que los pandilleros supuestamente se escaparon el pasado 11 de mayo, la fuga pasó inadvertida para el propio jefe del establecimiento penitenciario, quien no confirmó la noticia hasta el sábado en horas del mediodía.
La directora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Rosa Gudiel, aseguró en una rueda de prensa que los fugados eran 23 internos pertenecientes a la Pandilla 18 y que se encontraban recluidos en el módulo Escorpión. “Se nos informó hasta este día (sábado 13 de mayo), que recibimos el informe por parte del director de ese Centro Penal”, indicó Gudiel.
Sin embargo, los detalles de cómo se produjo la fuga y queines participaron en ella no están claros. De hecho, este lunes la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina) rectificó al decir que los fugados son 18 y no 23 como informaron inicialmente.
“De la lista, cinco no estaban fugados, fueron localizados. Es el caso de Jesús Armando Chevez Cruz, Nelson Alberto Herrera, Antonio Ávila Matute, Moisés Isaías Torres y Marco Antonio Reconco Martínez” explicó José Coello, vocero de Fusina.
Las autoridades ofrecieron además una recompensa de unos 15,000 dólares a las personas que puedan dar información puntual que lleve a la recaptura de los pandilleros fugados.
La fuga generó la suspensión del director del penal, el coronel César Nájera. Además, el Ministerio Público abrió una investigación para analizar la dinámica de la fuga, si hay colusión del personal penitenciario y por qué la noticia no trascendió hasta 36 horas después.
“De esta fuga lo que nos debe llamar la atención es tomar medidas urgentes lo más pronto posible a las autoridades correspondientes, para hacer frente a esta situación", expresó Orle Solís, comisionado presidente del Comité Nacional contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (Conaprev).
Traslado de presos de alta peligrosidad
Las autoridades giraron una orden a todos los sectores para recapturar a los pandilleros, los cuales ingresaron a la cárcel por los delitos de secuestro, robo, asesinatos y tráfico de drogas.
“Los que se fugaron, que sepan que si no los encontramos hoy, lo haremos mañana o pasado. Los vamos a capturar y van a regresar a uno de los pozos (como se conocen a las prisiones de alta seguridad). Esto sirve para poner orden en un sistema que ha tenido un desorden sin precedentes. Con el nuevo sistema, ellos no podrán seguir a sus anchas”, dijo el Presidente Juan Orlando Hernández en conferencia de prensa.
Mientras buscan a los pandilleros fugados, este martes el Gobierno informó de un traslado masivo de reos de alta peligrosidad hacia las nuevas cárceles de máxima seguridad que se localizan en la zona occidental del país.
Estas cárceles de máxima seguridad cuentan con torres de vigilancia, edificios para área istrativa, habitaciones para agentes, módulos carcelarios y unas 400 cámaras de vigilancia. Todo está enclavado en una área de 16.5 manzanas de terreno,que ha costado unos 23 millones de dólares (más de 540 millones de lempiras) y que tendrá capacidad para un total de 1,300 privados de libertad.
En el traslado masivo de presos de este martes, se moverá a los reclusos a las cárceles del Pozo I en Santa Bárbara y Pozo II en la zona oriental en Morocelí, El Paraíso, donde serán encerrados en celdas de máxima seguridad. El operativo busca llevarse a 640 mareros: 500 de la pandilla 18 y 140 de la Mara MS 13.
La acción, denominada operación Arpía III, se desarrolla bajo fuertes medidas de seguridad y participan 3,000 militares, 245 vehículos y cinco aeronaves.
En el mes de marzo, el Gobierno de Honduras trasladó a más de 700 reclusos de la pandilla 18 y de la mara MS13 del centro penal de San Pedro Sula ubicado en la zona norte, en una operación ejecutada y planificada para la cárcel de “El Pozo” en Ilama, Santa Bárbara, donde se utilizaron todos los servicios de inteligencia, a fin de evitar un amotinamiento o un contraataque a las fuerzas de seguridad que participaron en la operación Arpía.
El traslado de reclusos al régimen de máxima seguridad ha significado, según datos del Gobierno, una reducción de un 30% en la incidencia de homicidios. .
Por otra parte, en la mañana del martes las autoridades de Fusina informaron que al realizar una inspección en la cárcel de Tamara se encontraron con una caleta escondida en uno de los módulos, donde hallaron aproximadamente 30 millones de lempiras, unos 128,000 dólares.
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