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Rock Clásico

¿Por qué es ofensivo para Queen que Donald Trump use su música en sus mítines de campaña?

Gavin Newsom publicó un texto sobre las razones por las que el cinismo del Republicano es inaceptable.
19 Jul 2016 – 05:47 PM EDT
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La mañana del martes se desató un escándalo en los medios a raíz de que Donald Trump recibió aplausos en el escenario de la Convención Nacional Republicana mientras uno de los éxitos más reconocidos de Queen sonaba a un volumen altísimo en las bocinas del recinto. ¿Por qué tanto alboroto? ¿Si hubiera sonado una canción de Taylor Swift las reacciones hubieran sido las mismas? Probablemente no.

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La historia empezó hace un par de semanas, cuando Brian May, guitarrista de Queen y autor del meme 'Who’s Maluma', publicó una carta respondiendo a las quejas de sus fans, quienes le escribían frecuentemente preocupados por la postura de la banda al haber escuchado el mítico himno ‘We Are The Champions’ resonar en los mítines de campaña de Donald Trump en televisión nacional. El Doc escribió una entrada en su blog comentando al respecto:

“Esto no es una declaración oficial de Queen, pero puedo confirmar que no se solicitó ni se dio el permiso para utilizar la canción. Estamos informándonos sobre las medidas que podemos tomar para asegurar que no continúen usándola. Independientemente de nuestros puntos de vista sobre la plataforma del señor Trump, siempre ha estado en contra de nuestras reglas el permitir que la música de Queen sea utilizada como herramienta de campaña política. Nuestra música encarna nuestros propios sueños y creencias, pero es para todos los que quieran puedan escucharla y disfrutarla”.


A pesar de la exigencia de Brian May, Trump volvió a presentarse mientras sonaba 'We Are The Champions' ayer en la noche en la Convención Nacional Republicana en Cleveland, Ohio. El candidato puso la canción a todo volumen mientras entraba al escenario en una explosión de luces y humo. En respuesta a este desafío, la banda manifestó su molestia vía Twitter:


La indignación de los de Queen es entendible, además de violar de derechos de autor (pues el uso del track no fue autorizado), 'We Are The Champions' está convirtiéndose en el estandarte de un movimiento político que dista mucho de lo que ellos quisieran decir a través de ella y, sobre todo, representa una postura con la que no están de acuerdo.

El problema no indigna únicamente a los integrantes y fans de Queen, sino a la comunidad LGBTQ. Gavin Newsom, actual teniente gobernador y candidato a gobernador de California, publicó un breve texto en sus redes sociales en donde explica la contradicción en el uso de una canción de Queen en la Convención Republicana:

“Es importante notar que la RNC terminó con una canción, ‘We Are the Champions’, cantada por un hombre gay, Freddie Mercury. Freddie Mercury murió de SIDA en 1991. Su música se tocó en una convención donde se adoptó la plataforma política más anti-LGBT, hoy mismo. Su música, por la que trabajó toda su vida, que era intrincada y compleja, se tocó en una convención en donde Mike Pence, un hombre que ha dedicado su carrera política a buscar activamente oportunidades para pasar leyes que le den a otros el marco legal para discriminar a la gente LGBT, estaba sentado cómodamente en un lugar VIP. No estoy seguro de lo que Freddie Mercury pensaría si le dijeran que su música sonaría en la RNC, pero lo que sí se es que si no fuera una estrella de rock famosa, probablemente hubiera sido recibido por un muro, un muro muy alto, porque él representaba todo lo que a Mike Pence y Donald Trump les da miedo”.


Este texto fue compartido por más de 15,000 personas sólo en Facebook, entre ellos músicos como Annie Clark, mejor conocida como St. Vincent, que lo replicó en Instagram.

El argumento de Newsom es consistente no solamente bajo la lectura política pro-derechos humanos e igualdad. Su relevancia se extiende a lo largo y ancho del espectro cultural. Una banda legendaria como Queen significa muchas cosas y tiene muchas implicaciones sociales, por eso mismo fue tomada por Trump en su campaña. La apropiación de un himno que durante décadas se ha colocado en el inconsciente colectivo como un lugar común para la unidad triunfante de un grupo de personas y el utilizarla en una convención de proselitismo político es grave. Con esa apropiación se traslada el discurso de sus compositores, la identidad de quienes la cantaron y la escucharon y, finalmente, pierde relevancia como símbolo social. Que Donald Trump use una canción de Queen sí es cínico. Sí es indignante. No sólo es un insulto para Brian May, sino para todo lo que Queen significa.


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