Uno puede pensar que pequeños detallitos no importan, pero pronto se van acumulando y debatimos con varias cosas a la vez, como pensar en qué hacer para Navidad y fin de año, en casa de quién, qué se va a comer, con quién vamos a estar, qué le vamos a regalar a esa persona, cuándo vamos a ir a misa. ¿Le seguimos? Crédito: Shutterstock.com
Todo puede ser tan abrumador y preocupante que hasta el mismísimo Santa Claus estaría agotado, si estuviera en la misma posición que nosotros. La depresión de fin de año es una condición sumamente real y que rodea a una gran cantidad de personas por todo el mundo. Crédito: Shutterstock.com
Para muchos, esta época marca felicidad, alegría y en general un buen momento, como el que estamos acostumbrados a ver reflejados en muchos lados, como en medios u otras familias, pero en realidad el fin de año puede traer el efecto opuesto, con presiones familiares, personales, laborales y un sentimiento de soledad que, por más que lo queramos evitar, nos rodea, como una nube negra. Crédito: Shutterstock.com
Así que si te sientes "fuera de servicio" y poco a poco se te van acumulando las presiones, no esperes hasta que explotes en la cena de Navidad y te pelees con todo el mundo a tu alrededor. Entre tantos factores que pueden alterarnos, entristecernos o deprimirnos, te recomendamos hacer un ejercicio de introspección para sentirte mejor... Crédito: Shutterstock.com
Por ejemplo, muchas personas se sienten mal al final de año porque hacen un recuento de todo lo que querían hacer y no se pudo cumplir o hacer, por lo que sea... Entonces, en lugar de darte de topes en la cabeza y pensar en el hubiera o darle mil vueltas al asunto, mejor concéntrate en tus bendiciones. Shutterstock.com
Otro punto a considerar para esta temporada de fietas es que debes desechar tus expectativas. No esperes nada de la gente, por más cercana que sea a tu vida. Aprende y asume que nadie te debe nada, ni tus papás, tus hijos, tu pareja, tu familia, tus amigos, el vecino, el cartero o quien sea. Esto es cuestión tuya y de nadie más. Crédito: Shutterstock.com
No es el propósito ni objetivo de nadie más hacer que te la pases genial en tus fiestas. Es solamente tuyo. Asúmelo. Estamos en este mundo para amar, sin condiciones. Tú debes emanar ese amor propio y compartir siempre tu buena energía, pero no esperes nada a cambio. Sé tu propia luz. Crédito: Shutterstock.com
Enfócate en lo positivo. Sé agradecido por la gente que está en tu vida, sea poca o mucha. Intenta resolver las diferencias que creas tener con ellos. No sabemos qué problemas tienen los demás o con qué demonios viven, así que hay que tener empatía y ser amorosos, gentiles y comprensivos. Crédito: Shutterstock.com
Encuentra formas pequeñas o sencillas para traer un poco de felicidad a la vida de los demás en las fiestas. Platica con la gente, que te cuenten sus historias, aprende un poco más sobre la vida de ese amigo, compañero, familiar, vecino o extraño en la calle. Es el tiempo ideal para el amor y la paz. Crédito: Shutterstock.com
Seguramente tienes tus propios métodos para sentirte mejor y relajarte. Prende algunas velas o inciensos. Ve por un masaje. Escucha tu música predilecta. Recuerda tus mejores momentos con tus seres queridos. Ve una linda película. Intenta despejar esos pensamientos grises o deprimentes. Crédito: Shutterstock.com
También, si sientes que llega una depresión o pensamientos negativos, no temas pedir ayuda. Sea un amigo, familiar, pareja o un profesional como un terapeuta o psicólogo, si sientes que necesitas apoyo o consejos, que no te dé miedo en preguntar o acudir a alguien más. Tú debes mejorar por tu cuenta, pero no por eso tienes que hacerlo solo. Crédito: Shutterstock.com
Te toca a ti encontrar la luz, las bendiciones y el lado positivo o zen de estas fechas. Puede tomar algo de trabajo o esfuerzo, pero te garantizamos que si lo intentas y te esfuerzas, puede hacer cambios muy lindos. Todo empieza con uno mismo. Haz tu propia magia y mira hacia adelante, con la sonrisa y felicidad que te mereces. Crédito: Shutterstock.com