Las declaraciones de Meghan Markle en la entrevista con Oprah Winfrey sobre racismo en la familia real británica dejaron al descubierto, una vez más, el carácter de la duquesa. Crédito: Harpo Productions/Joe Pugliese vía Getty Images.
1.- Orgullosa de su raza
La duquesa de Sussex es hija de padre de origen anglosajón, madre afroamericana y se siente orgullosa de ser de raza mixta. "Quiero que sepan que estoy aquí como madre, como esposa, como mujer, y como su hermana", dijo a una multitud de sudafricanos en septiembre de 2019. Crédito: Getty Images
No tiene empacho en ocultar o minimizar sus raíces dentro de una monarquía en la que por muchas generaciones ha prevalecido la sangre blanca europea. Pero no es la primera mujer de raza no blanca dentro de la realeza británica. La reina Victoria adoptó a una princesa india a mediados del siglo 19. También existió el caso de la reina Charlotte (1744-1818), esposa del rey Jorge III, a la que se le atribuye sangre negra. Crédito: Chris Jackson | Getty Images
2.- Una mujer divorciada
Cuando Meghan Markle llegó al altar con el príncipe Harry en 2018, se casó por segunda vez. Meghan provocó en la reina Isabel un cambio que no se había visto en la familia real desde el segundo matrimonio del príncipe Carlos con Camilla Parker-Bowles, en 2005.
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Cuando Camilla Parker Bowles contrajo nupcias por la vía civil con el príncipe Carlos, la reina no asistió (pero sí lo hizo en la boda religiosa) argumentando que su hijo mayor quiso una ceremonia "discreta". Algunos interpretaron su ausencia como señal de que el palacio no veía bien que la nueva esposa del heredero al trono fuera divorciada. Pero en la boda de Meghan Markle y su pelirrojo nieto fue lo contrario y, además, la reina fue testigo de una mezcla entre tradiciones de la cultura afroamericana y la realeza: el matrimonio fue bendecido por el obispo Michael Curry, de raza negra, y hubo un coro de música góspel. Ciertos expertos en realeza atribuyeron este mensaje de diversidad y apertura como un símbolo de cambio dentro de la corona impulsado por la exactriz estadounidense. Crédito: Getty
3.- Una mujer trabajadora
Antes de ser actriz, Meghan Markle comenzó a trabajar como caligrafista. "Fui a una escuela católica de niñas durante seis años y entonces a los niños nos daban clase de caligrafía. Siempre he tenido predisposición para hacer la letra cursiva muy buena. Y eso acabó convirtiéndose en un trabajo de semi camarera", le dijo a Esquire en 2013. Crédito: Grosby Group/ Derechos Reservados
Más tarde, estudió en la Northwestern University. Ciertamente no es la única mujer de la realeza británica con estudios universitarios, pues por ejemplo su cuñada, Kate Middleton, estudió en la Universidad de St Andrews. Sin embargo, ser actriz en series como 'Suits' la hace expone con un trabajo muy público, a diferencia de otras mujeres de la familia real.
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La manera tan abierta con la que habló Meghan Markle dejó saber que no está dispuesta a aguantar ni sexismo ni racismo hacia ella ni a su familia. Su voz resalta en una familia en la que ya existen niños de raza mixta: Senna Kowhai y Tāne Mahut son hijos de Lady Davina Windsor, quien actualmente ocupa el puesto 31 en la línea de sucesión al trono. Crédito: Getty Images
5.- Independiente
En el afán de salir de la familia real, Meghan Markle estuvo dispuesta a todo, incluso a dejar el palacio, mudarse a California y valerse económicamente por sí misma junto al príncipe Harry. El anuncio de independencia económica que hicieron en enero de 2020 marcó un hecho pocas veces visto dentro de la corona del Reino Unido.
Si bien es cierto que hay de la familia que no reciben dinero de los contribuyentes británicos para poder vivir, como las princesas Eugenie y Beatrice (hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson), los duques de Sussex decidieron mandar un mensaje claro al renunciar a los privilegios financieros que les correspondían por ser 'senior' de la corona. Al día de hoy, viven de la herencia que Lady Diana le dejó a Harry, según dijeron a Oprah.
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6.- Una crianza sin estereotipos
Mientras las acciones de Meghan Markle parecen ser una especie de manifiesto en contra de los protocolos reales, por otro lado está muy clara en educar a su hijo Archie, y a la niña que está por llegar, lejos de viejos estereotipos. Crédito: Getty Images
"Ella dijo que planean criar a su hijo con un enfoque fluido del género y que no impondrán ningún estereotipo", mencionó una fuente a Vanity Fair en febrero de 2019, poco antes de que Archie naciera. Aunque esa fuente no precisó qué se debía entender por "enfoque fluído", para algunos el mensaje fue preciso: si el príncipe Harry había crecido jugando a los carritos y Meghan Markle con muñecas, dejarían que sus hijos fueran libres de crecer sin ataduras sociales al género.
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Es casi inédito que uno de los de la realeza ita este tipo de problemas. Se sabe, a través de libros como 'Diana: su verdadera historia', de Andrew Norton, que la madre del príncipe Harry intentó quitarse la vida. Pero en la historia reciente, nadie se había sentado frente a una cámara de televisión para reconocerlo de la manera como Meghan Markle lo hizo.
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De esta manera, la esposa del príncipe Harry ha venido a romper moldes en la familia real, en medio de controversias alrededor de eso. Hay personas, como el presentador Piers Morgan, que defienden a la monarquía, mientras otras voces la rechazan y exigen que se modernice.
Ciertamente, la duquesa ha promovido cambios apoyada en los cimientos que han dejado otros de la realeza que, antes que ella, comenzaron a romper los viejos estereotipos que hoy tienen a la corona en una situación sin precedentes. Crédito: Getty Images
