¿Es Meghan la nueva Lady Diana? Aunque las une su lucha contra la familia real, tienen muchas diferencias
La entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry con Oprah Winfrey ha intensificado las comparaciones entre la duquesa de Sussex y la princesa Diana, que comenzaron cuando la exactriz estadounidense entró al mundo de la realeza británica. Ambas comparten muchas similitudes, pero también son muy diferentes, así que la pregunta no es qué tan parecidas son, sino, ¿es Meghan la que mujer que Lady Di quiso ser?
Meghan y Harry asestaron un duro golpe a la imagen de la realeza británica el domingo, cuando dijeron en la entrevista transmitida por CBS que alguien de la realeza había preguntado sobre el color de la piel que tendría su hijo Archie al nacer, mientras que la duquesa dijo que el palacio de Buckingham no le ayudó cuando ella les dijo que tenía pensamientos suicidas.
Las declaraciones de Meghan de inmediato conjuraron la memoria de la madre de Harry, quien en 1995 dijo en una famosa entrevista con la BBC que antes de divorciarse del príncipe Carlos, en 1996, la familia real no entendió la severa depresión postparto que tuvo, al punto que se hizo daño en las piernas y brazos, y que luego no dijo nada sobre su bulimia porque –al igual que muchas personas que sufren de este mal– se sentía avergonzada de sí misma por esto.
Estas declaraciones las colocan a ambas en posiciones adversas al palacio de Buckingham, que al parecer todavía no encuentra la manera de ayudar de manera eficaz a los de la familia real cuando tienen problemas de la salud mental, más de cuarto de siglo después del caso de Diana.
Meghan y Diana han dicho que llegaron a la familia real sin saber mucho de lo que conlleva ser parte la élite real, aunque es seguro asumir que la princesa de Gales supo más que la duquesa de Sussex dado que ella nació en una familia aristocrática británica y creció en Inglaterra y Suiza. Ambas, sin embargo, entraron a la familia a edades distintas. Meghan, quien le lleva tres años a Harry, era divorciada y tenía 37 años cuando se casó en 2018, mientras que Diana tenía solo 20 años y todavía le llamaban "Tímida Di" cuando se casó en 1981.
Mientras que los medios de comunicación llamaron a Diana “estúpida” y “mentalmente inestable”, a Meghan la tachan de "oportunista" y "manipuladora".
“Creo que (para ellos) siempre he sido la muchacha de 18 años con la que se comprometió (Carlos), así que creo que no se me ha dado crédito por mi crecimiento y, Dios santo, he tenido que crecer”, dijo Diana a los 34 años, tras decir que la familia real no le había dejado trabajar en asuntos de su interés.
Meghan ha dicho que trabajó desde los 13 años y cuando conoció a Harry era parte de la serie televisiva 'Suits'. Debido a que nació y creció en Estados Unidos durante la transición al siglo 21, es una mujer estadounidense de su época que está orgullosa de su origen biracial y está dispuesta a prestar su estatus de celebridad para luchar contra el racismo y otras barreras hacia un mundo más democrático y justo.
“Toda la grandiosidad de todo esto es un apego que yo, personalmente, ¿no? Yo he sido mesera y actriz y princesa y duquesa, pero siempre he seguido siendo Meghan, así que yo siempre he tenido claro quien soy, independientemente de todas las cosas y el título más importante que llegaré a tener será el de mamá. Eso lo sé”, dijo Meghan, quien lució un brazalete que fue de Diana en la entrevista con Oprah. “No voy a vivir mi vida con miedo”.
Lady Di, por su parte, fue una aristócrata que hizo todo lo posible por salvar su matrimonio, sufriendo los embates y acechos de la prensa sensacionalista británica y la incomprensión y rechazo de la familia real. A diferencia de Meghan, Diana no abandonó el Reino Unido y resaltó después por su trabajo mundial en beneficio de los necesitados, a la vez que buscó rehacer su vida en relaciones con novios de origen paquistaní y egipcio.
Ambas fueron muy bien recibidas por la gente después del anuncio de sus compromisos y Diana eventualmente llegó a ser la “reina de corazones” que quiso ser. Meghan y Harry, por su parte, han recibido amenazas de muerte y tras la entrevista con Oprah muchos como el presentador británico Pier Morgan han recargado sus cañones hacia ella.
Ambas han confrontado a la familia real a su manera tras tratar infructuosamente de lavar la ropa sucia en casa. Estas épicas batallas a la David y Goliat tal vez sean la mayor similitud entre Meghan y Diana. El gran abismo, es que Meghan cuenta con el apoyo del príncipe Harry, mientras que su fallecida suegra estuvo sola, pues se divorció de Carlos después de que él la engañó con Camilla Parker-Bowles, quien ahora es su esposa.
Diana tuvo a William y Harry, mientras que Meghan tuvo a Archie y ahora está embarazada de una niña. La hija de los duques de Sussex, sin embargo, podría nacer en Estados Unidos este verano.
Diana ciertamente allanó el camino para las Meghan Markle que le siguieron. La duquesa de Sussex, sin embargo, ha dejado claro que no quiere ser su suegra, sino que está decidida a vivir libre e independiente, que es mismo por lo que peleó Lady Di.
“Creo que ellas serían uña y carne, indiscutiblemente”, dijo Harry sobre Meghan y Diana tras anunciar su compromiso. “(Mi madre) estaría a alucinada, saltando de alegría, contenta por mí, pero como he dicho antes, probablemente se convertiría en la mejor amiga de Meghan”.