La cantante no lo dudó dos veces, y al ver a cuatro niños quienes hacían malabares en un semáforo de Xalapa, Veracruz, los invitó a desayunar en un restaurante. Aunque a los menores no los dejaron ingresar al establecimiento, la artista pidió que los atendieran en las mesas de afuera, donde compartió con ellos.