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Secretario de prensa de Donald Trump intenta aclarar sus dichos sobre Obama y teléfonos pinchados

Publicado 14 Mar 2017 – 10:30 AM EDT | Actualizado 26 Mar 2018 – 10:34 AM EDT
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«Fake News», o “noticias falsas”, fue el término con el que la oposición a Donald Trump y la prensa definieron durante la campaña esas teorías conspirativas ("Obama no nació en Estados Unidos", "Hillary vendió armas a ISIS", etc.) y noticias inventadas en medios de dudosa credibilidad para desprestigiar a Hillary Clinton o promover ciertas posiciones políticas cercanas a Trump.

Titulares alarmistas e incomprobables, que los que estaban inclinados a creerlos difundían masivamente a través de redes sociales, especialmente en Facebook, logrando un alcance mucho mayor que cualquier desmentido al respecto.

Pues Donald Trump no solamente se apropió hábilmente del término «fake news», resignificándolo para describir cualquier noticia que lo desacredite o incluso a organizaciones enteras (se lo dijo a CNN en su primera conferencia de prensa), sino que además continuó con esta misma estrategia de comunicación, ahora realzada con su magnitud presidencial.

La estrategia consiste en literalmente decir cualquier cosa, probable o improbable, y casi siempre rematadamente falsa, para después olvidarse y seguir con otra cosa, mientras sus dichos van tomando vuelo propio.

La aplica extensivamente, ya sea sobre los temas más banales e insignificantes, como sobre cosas realmente graves.

Y le ha dado muy buenos resultados.

Sus dichos sin fundamento o directamente falsos ocasionan un revuelo, una oleada de críticas, repudio y cuestionamientos por parte de sus opositores, actores políticos y sociales, y también miles de reportes, desmentidos, aclaraciones y fact-checking por parte de la prensa, pero todas estas repercusiones suelen perderse en un caos de sobreinformación y muy probablemente no llegan a oídos de muchos de los votantes de Donald Trump, que se quedaron simplemente con el enunciado inicial.

¡Obama espió a Trump!

El último ejemplo: Donald Trump acusó a través de Twitter a Barack Obama de haber intervenido sus líneas de comunicación en la Trump Tower durante la campaña presidencial.

"¡Terrible! me acabo de enterar que Obama tenía mis teléfonos intervenidos en la Trump Tower justo antes de la victoria electoral. No encontró nada. ¡Esto es macarthismo!"
"Es legal que un presidente en ejercicio esté 'pinchando teléfonos' de una campaña presidencial antes de la elección? Rechazado por una corte antes. UN NUEVO PUNTO BAJO!"
"Apuesto a que un buen abogado podría hacer un gran caso del hecho de que el presidente Obama estuviera pinchando mis teléfonos en octubre, justo antes de las elecciones!"
"¿Qué tan bajo tenía que caer el presidente Obama para pinchar mis teléfonos durante el sagrado proceso de elecciones. Esto es como Nixon/ Watergate. Mal (o perverso) tipo"

En cuatro tweets lanzó la bomba, asegurándolo sin ninguna prueba, comparando al gobierno de Obama con el macarthismo y calificando el supuesto escándalo como de la magnitud del Watergate.

Media hora después, literalmente, en esa misma red social, cambió de tema y se dedicó a hablar de The Apprentice y a continuar su enfrentamiento público con Arnold Schwarzenegger, dándole así la misma jerarquía al “escándalo tan grave como Watergate” como a los ratings de su reality show.

"Arnold Schwarzenegger no se va de The Apprentice voluntariamente, fue despedido por sus malos (patéticos) ratings, aunque no fui yo quien lo despidió. Triste final para un gran show"

Obama no espió a Trump

Es una acusación muy grave contra el gobierno de Obama, pero al momento no hay evidencia alguna que respalde los dichos de Trump.

A través de un portavoz, Obama negó las acusaciones, y lo mismo hizo su ex director de inteligencia James Clapper.

El senador republicano John McCain dijo que “el presidente tiene dos opciones: o bien se retracta de lo dicho o presenta la información al respecto que el pueblo estadounidense merece conocer”.

En efecto, esto fue lo que determinó la Comisión de inteligencia de la cámara de representantes, poniendo como fecha límite este lunes: que el Departamento de Justicia de Trump presentara las evidencias de sus dichos, o que Trump se retractara.

En lugar de hacer ninguna de estas dos cosas, entró en escena Sean Spicer, el esforzado secretario de prensa de la Casa Blanca que ya ha debido ocuparse en varias oportunidades de defender, relativizar, justificar o amoldar los dichos de Trump.

Lo que hizo Spicer, en lugar de retractarse o aportar pruebas, es precisamente relativizar y suavizar las afirmaciones del presidente.

Dijo, por ejemplo, que no se refería exactamente a 'pinchar el teléfono' (cosa que repitió en sus cuatro tweets Trump), sino a métodos de vigilancia en general.

“Creo que no caben dudas de que el gobierno de Obama empleó algunas acciones de vigilancia y otras actividades durante las elecciones de 2016” aseguró vagamente Pence, nuevamente sin pruebas.

Y explicó que por eso Trump utilizó comillas en ‘pinchazo telefónico’ (“ wire tapping”), para referirse a la vigilancia en un sentido más amplio.

Spicer también aclaró que Donald Trump había utilizado ciertas calificaciones referidas al gobierno de Barack Obama en general y no implicando que personalmente el ex presidente hubiera estado involucrado en estas actividades, aunque los mensajes de Trump sugieren claramente otra cosa.

En medio de todo esto, intervino Kellyanne Conway, una de las altas consejeras del presidente Trump, que opera habitualmente como la contracara de Sean Spicer: en lugar de suavizar o explicar sus dichos, suele agravarlos o hacerlos más confusos con curiosas ocurrencias (fue la que acuñó lo de “hechos alternativos” para referirse a cosas que no ocurrieron pero el gobierno considera que sí).

Conway habló de la presunta vigilancia secreta de Obama y citó los más recientes datos filtrados de Wikileaks, para sugerir que en realidad la vigilancia de Obama a Trump durante la campaña electoral iba mucho más allá de las escuchas telefónicas, y tal vez utilizaba aparatos de televisión y hasta microondas (!) para espiar con micrófonos ocultos.

Su consideración de los microondas como herramientas de espionaje generó muchas reacciones, como se podía esperar, pero ella también aclaró esto:

“No soy el Inspector Gadget, no creo que se haya utilizado un microondas para espiar la campaña de Trump, pero de todas maneras mi trabajo no es el de presentar evidencias, para eso están las investigaciones”.

A pesar de esto último dicho por Conway, por el momento no hay evidencia alguna de los dichos de Trump ni por su parte ni por ninguna investigación ni por el Departamento de Justicia.

Muchos temen o sospechan que no hay evidencias en absoluto y que fue algo que sencillamente se le ocurrió a Trump y pensó en compartirlo al mundo, para que después el mundo se arregle con las repercusiones.

Hay una cosa que es cierta y hay que reconocerle a Trump: Barack Obama es un declarado fan de la gran serie The Wire, también conocida en español como Bajo escucha. ¿Será esto el origen de la ocurrencia de Trump? 

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