De niña de la Casa Blanca a niño de la Casa Blanca: Chelsea Clinton defiende a Barron Trump
Ella sabe de lo que habla. Llegó a la Casa Blanca a punto de cumplir 13 años y vivió allí durante 4 años hasta que partió a California para estudiar en Standford. Esos años, entre 1993 y 1997, fueron duros para Chelsea Clinton, que recibió mucha atención mediática indeseada: comentarios sobre su pelo, su look, e incluso una imitación en 'Saturday Night Life', donde un chiste de Mike Myers sobre su aspecto generó tanta controversia que el propio Myers y el productor del programa pidieron disculpas a la Casa Blanca. No fue el único momento de burlas hacia la hija de los Clinton, que habían decidido educarla de forma normal y fuera del ojo público.
Tras las críticas a Barron Trump por mostrarse aburrido y despistado en la inauguración presidencial, o las risas por quedarse dormido el día en que su padre, Donald Trump, ganó las elecciones, Chelsea Clinton sorprendió a todos con un tuit defendiendo al hijo del duro oponente de su madre durante la campaña. Aunque también ha aprovechado el tuit en defensa de Barron para criticar al nuevo presidente de Estados Unidos.
Las primeras burlas a Barron sucedieron la noche de las elecciones. Cuando a altas horas de la madrugada Donald Trump salió a dar su discurso de victoria el niño se quedaba dormido detrás de su padre, cabeceando en un gesto infantil perfectamente comprensible, pero blanco de memes. El día de la inauguración presidencial, una larga jornada, el niño dio muestras de aburrimiento y se entretuvo como pudo, pero otra vez fue sujeto de burlas, cuando no directamente de críticas.
Duras críticas a los que critican a
Barron
Sin embargo, muchos, como Chelsea, no vieron con buenos ojos que el niño fuera atacado por comportarse como tal, y arremetieron contra los que criticaban. Ese fue el caso de la actriz de 'Modern Family', Julie Bowen, que fue muy criticada por sus comentarios en Instagram contra el pequeño de los Trump.
Peor parte se llevó la guionista de 'Saturday Night Live', Katie Rich, que fue suspendida indefinidamente después de publicar un tuit ofensivo contra Barron Trump. "Barron will be this country's first homeschool shooter", ("Barron Trump será el primer shooter educado en casa"). Rich ha pedido disculpas en su cuenta de Twitter, que ya solo contiene un único tuit: "Pido disculpas sinceramente por mi insensible tuit. Me arrepiento profundamente de mis acciones y palabras ofensivas. Fue inexcusable y lo siento mucho".
Chelsea ya probó en sus carnes las burlas de 'Saturday Night Live' cuando Mike Myers, interpretando a Wayne, dijo de ella: "la adolescencia ha sido demasiado dura", tras lo que el cómico escribió una carta de disculpas a la Casa Blanca y el propio productor del programa, Lorne Michaels, que también se disculpó, dijo: "Es una niña, una niña que no ha elegido que su vida sea pública".
Los niños presidenciales se defienden
Cuando Bill Clinton llegó a la casa Blanca, en 1993, Chelsea estaba a punto de cumplir 13 años, una edad complicada para cualquier niña. Amy Carter, hija de Jimmy Carter, que fue en 1977 la última niña en vivir en la Casa Blanca hasta que lo hizo Chelsea. La niña, que llegó con 9 años vivió allí parte de su adolescencia sufriendo críticas feroces por mostrar en público su aburrimiento y fue duramente monitoreada por los medios. Con ese precedente los Clinton decidieron que Chelsea llevaría una vida lo más normal posible y pidieron a la prensa que limitaran la cobertura sobre la niña. A esta petición siguió un debate en los medios: ¿se debía respetar al presidente y no cubir a Chelsea o se debía informar de lo que hiciera aunque no fuera en actos oficiales?
Una ayuda para los Clinton vino de la mano de Margaret Truman, la hija de Harry Truman, 33 presidente de Estados Unidos. Margaret, que cuando vivió en la casa Blanca tenía ya 21 años, escribió una carta editorial en el New York Times sobre el daño que podría hacer que la prensa invadiera la vida de Chelsea como habían hecho con ella misma". Pero a pesar de los esfuerzos, Chelsea estuvo en el ojo público.
No es Chelsea ni Margaret Truman la única en salir en defensa del hijo de otro presidente. Las hermanas Bush escribieron una cariñosa carta a Sasha y Malia Obama advirtiéndoles de la vida que les espera. "Ahora van a ingresar a otro extraño club, el de las ex Primeras Hijas—una posición que no buscaron y para la cual no existen directrices", decían. Los Obama, extremadamente celosos de la privacidad de sus hijas, a las que han educado públicamente con parámetros de firmeza y cercanía, tampoco lograron que sus hijas esquivaran las críticas.
Poco ha trascendido de cómo pretenden enfocar los Trump la cobertura mediática y la educación de su hijo. Por el momento se sabe que Melania permanecerá con Barron en Nueva York para que el niño termine el curso escolar, pero pronto se establecerán en la Casa Blanca y por eso Chelsea Clinton pide lo mínimo: que le dejen ser lo que es, un niño de 10 años.
Lo mejor de la inauguraicón presidencial fue Trump...Barron Trump