Ciudad de México: gran destino, gran cocina

Por Mariana Camacho
Un paneo que muestra el Ángel de la Independencia y el Paseo de la Reforma en todo su esplendor abre el listado publicado por el New York Times esta semana: 52 lugares para visitar en 2016. La Ciudad de México, descrita como un destino seguro y atractivo para viajeros “en busca de la mejor cocina del mundo, museos y diseño de vanguardia", ocupa la primera posición.
Sin duda, existen en esta ciudad decenas de restaurantes que sustentan con gran dignidad la promesa de encontrar aquí “la mejor cocina del mundo”. Estos son sólo tres ejemplos que resumen el estilo de hospitalidad, la variedad, la tradición y la vanguardia que reúne la oferta gastronómica de la capital mexicana.
Nicos
En septiembre del año pasado, la “crema y nata” (comunicadores y cocineros), de la gastronomía se reunió en la Ciudad de México, convocada por varios eventos que se concentraron en una misma semana ( Mesa Redonda, la lectura de la lista Latin America’s 50 Best, el Wine & Food Festival y Millesime). El popular restaurante Nicos, ubicado en el barrio de Clavería (en el número 3102 de la Avenida Cuitláhuac, para más detalle), estaba en la agenda de varios (o de todos) los visitantes, atraídos por sus más de cincuenta años de experiencia, por el guacamole que se prepara en la mesa, por una sopa de fideos con mollejas o un plato de lengua en escabeche. En Nicos se degustan platos de cocina mexicana, de familia, acompañados de mezcales, cervezas y vinos nacionales, de tortillas recién hechas y de un servicio que te procura. Sus anfitriones: Gerardo Vázquez Lugo (quien abrió hace poco Fonda Mayora en la Condesa) y Elena Lugo (la madre de Gerardo) siempre están en el comedor, dando muestras de la hospitalidad que distingue a la restaurantería mexicana.
Lalo!
A nadie le gustan las listas de espera, pero cuando se trata de comer he visto al más desesperado hacerse de paciencia para entrar en un lugar. Lalo! es uno de esos casos en la Ciudad de México, donde transcurren 30 ó 40 minutos para llegar de la calle a un lugar en su larga mesa comunal, servida por una cocina golosa y confortable (chilaquiles con huevo, una súper hamburguesa). No es un lugar particularmente producido, es simplemente un lugar dónde se come rico. Para comer en Lalo! esperan lo mismo locales que extranjeros, como comprobé en mi última visita (en la que comí unos huevos revueltos con escamoles y aguacate), cuando compartí mesa con unos alemanes, por ejemplo. Detrás de la cocina, siempre en acción, está Eduardo García, chef propietario del restaurante Máximo Bistro Local (ubicado en la bulliciosa colonia Roma, en la calle de Zacatecas igual que Lalo!) y que recientemente inauguró uno más en la colonia Juárez: Havre 77. A donde Eduardo va, la buena cocina le sigue. Lo bueno es que le gusta andar por aquí.
Pujol
Aunque Cosme en Nueva York esté acaparando los reflectores, la Ciudad de México siempre tendrá a Enrique Olvera. Polémico o no, con detractores y seguidores, su restaurante (aquel con el que inició su carrera) es uno de esos a los que hay que ir, ya sea por curiosidad o por apetito. Pujol es un restaurante que vive su etapa de madurez, de sobriedad, y que nos ha dejado platos como el mole madre (que sigue de alguna manera el mismo principio de la masa madre) y se acompaña con un mole nuevo para invitar a la comparación de los sabores, tacos con tortilla de hoja santa y unos elotitos con mayonesa de chicatana que han sobrevivido a la tabla rasa de los cambios de menú. En Pujol también van a encontrar un servicio perfectamente entrenado para procurar a detalle a los comensales. Que no les cuenten, vayan.
¿Cómo llegar?
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