Kim Kardashian visita la Casa Blanca en busca de auxilio para una confinada de 63 años
La estrella televisiva Kardashians' - en un esfuerzo por transformar las leyes estadounidenses. Después de meses de conversaciones a través de abogados, la empresaria se sentará a conversar con los allegados al presidente Donald Trump para abogar por una reforma penitenciaria y por la liberación de una abuela que lleva más de 21 años en prisión por venta de drogas, sin violencia y siendo su primera y única ofensa criminal.
Se trata de Alice Marie Johnson, quien este mismo miércoles cumple 63 años. "Esto es por ti, felicidades", publicó Kardashian en su cuenta de Twitter. La sexagenaria es una de las 3,278 personas que -a octubre de 2017- cumplían su sentencia en la cárcel sin derecho a libertad condicional "porque no hay tal cosa como libertad condicional en el sistema federal", explicó la misma reclusa en un video que publicó Mic ese mes y que logró alcanzar y conmover a la misma estrella que días después aseguró al mismo medio que hará " lo que sea por librarla".
Según el diario español O.J. Simpson. Aunque sus primeros acercamientos fueron con la hija y asesora del presidente, Ivanka Trump, este miércoles conversará con su marido y también asesor, Jared Kushner, cuyos esfuerzos durante este cuatrienio han estado concentrados en una reforma penitenciaria.
"No pude encontrar empleo suficientemente rápido para cuidar a mi familia, me sentía fracasada", narró Johnson en la entrevista que impresionó a Kardashian, de 37 años. El "pánico y la desesperación" la llevaron a tomar "una de las peores decisiones de mi vida para hacer dinero rápido". Ahí fue cuando se involucró con el universo de las drogas y acabó en la cárcel, donde no ha cometido infracciones disciplinarias y destaca por escribir y dirigir obras de teatro, pero eso no ha provocado ningún cambio a su condena. En el video lamentó no haber podido atestiguar el nacimiento de sus nietos ni acompañar a sus padres antes de que fallecieran.
"Un familiar me dijo, y yo no lo voy a olvidar, que visitarme en la prisión es como visitar una tumba. Ellos dicen que pueden ver el lugar donde está mi cuerpo, pero nunca pueden llevarme de vuelta a casa", narró Johnson. Mic reseñó que 79 por ciento de los casos sin derecho a libertad condicional están relacionados a drogas y el 65 por ciento de las personas tras las rejas son afroestadounidenses.
La intención de Kardashian es que el presidente Donald Trump y sus asesores entiendan "que, como cualquier otra persona, podemos tomar elecciones en nuestras vidas de las que no nos sentimos orgullosos y en las que no pensamos completamente". Según Vanity Fair, asistirá sin publicistas, sin sus hermanas y sin cámaras.
En situaciones como la de Johnson, la clemencia -o anulación de condena- es su máxima esperanza y eso solo puede ser otorgado por el presidente de la nación. Se esperaba que Barack Obama lo hiciera tras conceder rebajas de penas e indultos a más de 1,100 personas durante su mandaro, pero no sucedió.
Este no es el único caso que Kardashian ha compartido con sus 60 millones de seguidores en Twitter. El lunes pasado publicó una nota sobre Matthew Charles, un hombre de Nashville que sí recibió el indulto por parte del ex presidente Barack Obama y, aunque salió en libertad en 2016, una " rara movida" de una corte federal determinó que se trató de un error y que debe regresar a prisión. "Este hombre es sentenciado a 35 años de prisión por vender drogas. Cumple más de 21 años, es liberado, consigue un trabajo, una nueva relación, comienza una nueva vida y ahora es sentenciado a otros 10 años porque la excarcelación fue un error. Este hombre está completamente rehabilitado. Es tan triste", opinó la esposa del cantautor Kanye West, con quien tiene tres hijos.
No ha pasado desapercibido el hecho de que el corazón abierto y la conciencia comprometida de Kardashian (con unas ganancias estimadas en 45.5 millones de dólares según Forbes) irán acompañados de su inmensa fama y de la atención de los medios enfocados en la cultura popular por lo que, según Vanity Fair, el personal de la residencia oficial del presidente Trump bromeaba con quién la escortaría.