Le prometieron una green card por $30,000: terminó con documentos falsos
SAN FRANCISCO, California.- Un inmigrante con más de 20 años viviendo en Estados Unidos fue víctima de una estafa migratoria luego de ar, a través de Facebook, a un hombre que se hacía pasar por abogado de inmigración. El supuesto abogado le prometió ayudarle a obtener la residencia legal permanente, la conocida “green card”, y un número de Seguro Social. Sin embargo, todo fue parte de un elaborado fraude que le costó sus ahorros y sus ilusiones.
“Yo le pregunté si me podía ayudar y me dijo que sí. Luego me pedía dinero para las cortes, y yo le creí”, relata la víctima, cuya identidad mantendremos en anonimato. En total, entregó cerca de $30,000 al estafador. Según cuenta, el supuesto abogado le envió un paquete por UPS con documentos que él creyó legítimos, pero después se dio cuenta de que eran falsificaciones.
“Me dijo que necesitaba casi $19,000 más para activarlos, y además casi $4,000 por una reunión”, recuerda indignado. Fue en ese momento cuando comenzó a sospechar. Al analizar con mayor cuidado el contenido del paquete, donde se incluían la green card y el número de Seguro Social, notó irregularidades. Decidió entonces no enviar más dinero.
Este tipo de estafas no son nuevas, pero siguen afectando especialmente a personas que viven en situación migratoria irregular y están desesperadas por regularizar su estatus. Consultado por este medio, un abogado de inmigración confirmó que no existe manera legal de comprar una green card, ni en la actualidad ni en el pasado.
“No, el día de hoy no hay la posibilidad de comprar una green card, y en el pasado tampoco ha existido”, aseguró el experto.
Recomendaciones para evitar ser víctima de fraudes migratorios
Ante este tipo de casos, las autoridades recomiendan siempre verificar la legitimidad de los abogados a través del sitio oficial del Colegio de Abogados de California: www.calbar.ca.gov. Además, las víctimas de fraude deben conservar todas las pruebas posibles y reportar el caso a las oficinas de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) o a las unidades de prevención del fraude migratorio.
“Todas las evidencias pueden ayudarle de muchas maneras”, explicó el abogado consultado.
Para esta víctima, el camino hacia la legalización parece ahora más lejano. No sólo enfrenta la pérdida económica de sus ahorros, sino también un profundo desánimo. “Hace poco también perdí a mi papá”, compartió con la voz entrecortada. “Y además, la ilusión de arreglar mis papeles”.
Aun así, decidió dar la cara para alertar a otros inmigrantes. “ Abogado de inmigración… pero no era abogado”, concluye con resignación. Su testimonio sirve como advertencia para que otros no caigan en la misma trampa.