Cuando a la hija de Irinea Buendía la mató su esposo en 2010, ella no sabía lo que significaba la palabra feminicidio. Pero tenía claro que su hija no se había suicidado, como aseguraba su marido, un policía del Estado de México. Por eso luchó hasta llevar el caso a la Suprema Corte, donde lo declararon responsable de la muerte.