Tras su participación en Las Estrellas, cu´áles fueron sus mayores retos y aprendizajes.
“Lloraba por los rincones, así empecé la maternidad”: La emotiva confesión de Mayrín Villanueva
En exclusiva para Las Estrellas, Marín Villanueva narra lo difícil que fue soltar a sus hijos y la especial conexión que tiene con cada uno de ellos


“Desde que sales del hospital y te das cuenta de que ahora sí vas tú sola, te da pavor. Te da miedo todo, pero al mismo tiempo sientes que eres la que mejor lo hace. Me pasaba con Romina, que fue la primera: No quería dejársela a nadie, yo era la única que sabía hacer las cosas, según yo. Me volví como las perritas cuando tienen a sus cachorritos, que no quieren que se les acerque nadie”.
Después de que sus tres hijos nacieron, Mayrín esperó 9 meses para poder empezar a trabajar. "Cuando regresaba lloraba por los rincones. Sentía su ausencia en el momento en que me empezaba a salir la leche: ‘¡Ay, mi bebé!’ Y pues tenía que guardar lechita, llegaba a darles el biberón inmediatamente. Si tenía un ratito, me salía corriendo para ir a verlos. Esa etapa sí se me hizo muy difícil, son sacrificios, no quieres ni soltarlos. Yo no conozco otra forma, así me tocó empezar la maternidad, pero poco a poco nos hemos acomodado, yo creo que igual que se acomodan con cualquier otra profesión".
Después, el proceso se volvió fácil para la actriz, pues también empezó a disfrutar de los muchos ratos libres que surgen cuando terminas un proyecto, entonces ahora puede experimentar ambas cosas: ser ama de casa nada más y después trabajar "a full".
La intérprete de Silvita asegura que lo más complicado de la maternidad para ella ha sido aprender a “soltar” a sus hijos, un proceso importante, pues eso le ha enseñado a no ser tan aprehensiva con ellos.
“Ninguno de los tres fue travieso, los tres fueron buenos niños, ni Julia es la consentida por ser la más chiquita, pero todos son mis consentidos, porque tengo a la chiquita, a la mayor y al hombrecito”, aclara.
Reveló que Julia, quienes actualmente tienen 18, 16 y 10 años de edad, respectivamente, son muy diferentes entre sí y aunque los ama con la misma intensidad, con cada uno de ellos comparte y llena algo distinto.
“ Romina por ser la mayor, pero es una niña súper fácil, desde chiquita yo nunca le tuve que decir: 'Oye, siéntate a hacer la tarea o ponte a hacer esto'. Nada, ella solita todo lo aprende de forma natural. Creo que nunca probó en su vida una mamila, luego luego fue de vasito. Tiene un carácter fuerte, pero al mismo tiempo es muy dócil ”, dice.
“Y Julia pues es la chiquita, la verdad es que tiene un carácter bien bonito. Las dos niñas tienen carácter más fuertecito, pero son como muy dóciles, muy fáciles de llevar”, revela.
Finalmente, la actriz recalcó la importancia de las mamás al recordar lo que su propia madre le enseñó: a confiar en sí misma. “Aprendí de ella a confiar, mi mamá es una persona que siempre confía en lo que yo hago y creo que esa es una parte fundamental para el desarrollo de las personas, saber que creen en ti y que cree en ti tu mamá es lo que te da la confianza en ti mismo para la vida”, concluye.
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