Un letrero de una protestante hace un llamado contra las armas en Chicago con una frase muy cruda: "Entre más pequeños los ataúdes, más pesan", reza su letrero en una imagen publicada en Twitter.
En Chicago, 1,620 personas de menos de 17 años han sido víctimas de las armas de del 2012 a la fecha. De ellas, 169 fallecieron.
#MarchForOurLives Chicago is multiracial, multigenerational, and powerful beyond imagination. pic.twitter.com/TYTSd6axWZ
— Ai-jen Poo (@aijenpoo) March 24, 2018
Un grupo de mujeres de la tercera edad destacó entre decenas de miles de personas que salieron a las calles de diversas ciudades de Texas a protestar contra las armas.
Las abuelitas de esta imagen, capturada en Fort Worth por un de Instagram, son afiliadas a la agrupación Grandmothers Against Gun Violence. Ellas mostraron carteles que dicen "Enough! (¡Suficiente!)".
Si bien esta protesta es liderada por jóvenes, el clamor de los mayores no faltó.
Este sábado el presidente Donald Trump descansó en Mar-a-Lago mientras los jóvenes del país pedían un mayor control de armas en masivas protestas. Incluso, cerca de las instalaciones del club de golf en West Palm Beach estaba convocada una protesta.
"Aplaudimos a los valientes jóvenes estadounidenses que pusieron en práctica sus derechos de la Primera Enmienda", dijo la vocera de la Casa Blanca Lindsay Walters en un comunicado compartido por medios. "Mantener a nuestros niños a salvo es una prioridad del presidente".
Y el mandatario, tan activo siempre en sus redes sociales, este sábado no tuiteó sobre las protestas, sino que envió oraciones a las víctimas de la toma de rehenes que ocurrió el viernes en un supermercado en Francia, donde dos personas murieron y tres resultaron heridas. "Condenamos las acciones violentas del atacante y de cualquiera que haya podido apoyarlo", escribió el mandatario.
"Hey, hey, ho, ho, la NRA se debe marchar", fue uno de los cantos más fuertes que recitaron los manifestantes contra las armas en la protesta de Los Ángeles, según cuenta en Twitter la reportera del diario LA Times, Andrea Castillo. En sus pancartas, pedían que el gobierno proteja su futuro y el de los niños en las escuelas; otros recordaban que pronto cumplirán 18 años y los sacarán del Congreso con sus votos.
Pero en las calles de esta ciudad también había otros manifestantes. En las cercanías del Departamento de Policía de la ciudad, contó Castillo, se congregó un grupo de seguidores del presidente Donald Trump. En contraposición, sus carteles aseguraban que "más de 200,000 mujeres usan armas semiautomáticas para defenderse de violadores, agresores, ladrones y abusadores". Reclamaban a los jóvenes de Parkland y a quienes apoyaron la March for Our Lives que, con su protesta, les quitaban ese empoderamiento de poder actuar ante una amenaza.
Rebecca Boldrick, madre de uno de los líderes del movimiento 'Never Again' (Nunca más), marchó este sábado en Washington. Lo hizo para apoyar a su hijo, David Hogg, y porque cree que es urgente una reforma en las regulaciones para la compra de armas en Estados Unidos.
"El siguiente paso es que más gente se registre para votar para hacer la diferencia. Si la gente no vota, no habrá cambios", dijo a nuestra periodista Olivia Liendo. Este sábado, el voto de noviembre para elegir nuevos legisladores fue un asunto recurrente en los discursos de los voceros de DC. Los jóvenes recordaron a los políticos que muchos de ellos elegirán, pero a líderes interesados en proteger a sus ciudadanos.
Su hijo, una de las caras más visibles del movimiento estudiantil Never Again, también insistió en este tema en su discurso: "Les decimos a los políticos 'no más'", exclamó Hogg. "Cuando los políticos dicen que envían sus oraciones sin acciones les decimos basta ya'", gritó y los manifestantes lo aplaudieron.
Los jóvenes de Colorado también protestaron contra las armas. En ese estado se vivió el primer tiroteo masivo en una escuela que presenció Estados Unidos. Ocurrió el 20 de abril de 1999, cuando dos jóvenes entraron disparando a la secundaria Columbine y mataron a 15 personas –entre maestros y estudiantes– e hirieron a 21 más.
"Los políticos luchan por sus cheques, nosotros por nuestras vidas", dijo una profesora. "Pero el miedo de perder un cheque, no se compara con el miedo a perder la vida", agregó al hablarle directamente a los tomadores de decisiones y al decirles que la única manera de ganar en el mundo es sin balas.
"He vivido los últimos años de mi vida resignada a que la violencia es parte de la cotidianidad", dijo una estudiante que tomó más tarde el micrófono. "Las escuelas, que son el lugar donde los profesores van a hablar con tanta pasión, se han convertido en campos de batalla".
En Colorado como en el resto del país, en la multitud se veía a padres y a hijos mezclados por igual. Muchos de ellos sostenían pancartas exigiendo mayor control en la venta de armas. "Una reforma de armas ya", "cambien las leyes de armas", se leía.
"Gracias por estar aquí y ser la voz que se oponga a las políticas egoistas", dijo otro de los jóvenes. "Esto no es un momento, esto es un movimiento"
Manuel Oliver perdió a su hijo Joaquín el pasado 14 de febrero en el tiroteo de la secundaria Stoneman Douglas, y a pesar de su luto decidió a viajar desde Florida a Washington DC para apoyar a los jóvenes de Parkland.
"Como padre estoy muy triste porque perdí a mi hijo", dijo Oliver a nuestra periodista Olivia Liendo. "Pero me siento muy orgulloso de formar parte de esto que acabamos de presenciar, de miles de personas demandando cambios, con derecho a voto", agregó.
Joaquín Oliver tenía 17 años, 15 de ellos viviendo en Estados Unidos. El día que ocurrió el tiroteo, su hermana publicó en las redes sociales una foto suya pidiéndole a cualquiera que lo hubiera visto que les informara. Ella tenía la esperanza de que eso sucediera. Pero en la madrugada, la familia fue informada por las autoridades de la muerte del joven. A él le gustaba escribir poesía en un cuaderno, jugar al baloncesto y también al béisbol.
Este sábado, su padre se sintió recompensado de alguna forma e identificado con la lucha de los compañeros de su hijo: "Están mandando un mensaje muy claro a los políticos, y es el hecho de que tiene que existir un cambio y que si ellos no lo van a hacer, lo vamos a tener que hacer nosotros".
Manuel Oliver, que es artista plástico, contó que desde la muerte de su hijo se ha planteado pintar 17 murales en su honor. Este domingo hará el segundo en Nueva York; el primero está en Wynwood.
El Metrorail de Washington informó en su cuenta de Twitter que hasta la 1:00 pm más de 200,000 personas se han subido en sus vagones y que "aún hay multitudes en las estaciones del Downtown DC".
La cifra representa tres veces el tráfico corriente de pasajeros y es menor al que vivió el servicio con la Marcha de las Mujeres del año pasado: esa vez hubo 470,000 personas usando el metro y entonces fue considerado el segundo día de mayor congestión en la historia, según reporta el diario The Washington Post.
Acompañada de un coro y vestida de negro, la intérprete fue la última en salir a la tarima de Washington para apoyar el movimiento antiarmas con su canción 'The times they are changing' (Ellos están cambiando los tiempos).
"¿Todos queremos un cambio, verdad?", preguntó la cantante al decir que todos deben escuchar a los jóvenes estadounidenses que piden mayores regulaciones para la compra de armas. "Necesitamos un cambio ya", cerró y todos en la avenida Pennsylvania repitieron la frase.
Detrás de la cantante, los jóvenes del #NeverAgain apoyaban sus consignas.
Jennifer Hudson también es una víctima de las armas en Estados Unidos. Su hermano y su mamá fueron asesinados en su casa en Chicago.
La periodista de Univision Noticias María Alesia Sosa se encuentra acompañando a los estudiantes y sus familias que acudieron este sábado a protestar en la localidad de Parkland, Florida.
Allí también estuvieron presentes maestros, como Carlos González, quien aseguró que no está dispuesto a portar armas en su salón de clase, al igual que personas de otras nacionalidades como Arthur Woofelder, un canadiense que acudió a la protesta para apoyar esta lucha por el control de armas que según él: "no distingue entre nacionalidades".
Otro de los manifestantes fue George Bolter, de tan solo 11 años, quien asiste a una escuela cercana a la Marjorie Stoneman Douglas y portaba un mensaje en el que se preguntaba: "¿Seré yo el siguiente?". También aseguró: "Los quiero apoyar porque sentí el miedo que ellos sintieron cuando mi escuela estuvo en lockdown, quiero sentirme seguro en mi escuela".